Cuando un político destaca por su carisma, su claridad, su honradez y está dispuesto a que las cosas que no son correctas cambien, no sorprende que las manadas de “lobos” se le echen encima. Eso ha sucedido con Diego Cañamero, atacándolo uno tras otro todos los periodistas del programa Espejo Público, en algo que más bien parecía una interrogatorio del FBI.
¿Qué razón puede existir para semejante comportamiento? Dando por hecho que el interés de una entrevista es el conocer lo que tenga que contar el entrevistado y en ningún caso poner en entredicho sus respuestas o sus comportamientos.
Es evidente que el sistema tiembla cuando un nuevo diputado llega con una camiseta que luce el retrato de su compañero sindical Andrés Bódalo, poniendo en entredicho el sistema judicial, lo que daría a entender que por algún motivo o interés, a día de hoy, tendríamos presos políticos en nuestras cárceles.
El diputado de Unidos Podemos, elegido por Jaén, llega a Madrid con el pensamiento de residir en casa de un amigo o en una iglesia. Sabemos que hay diputados que, teniendo varios pisos en la capital, se empadronan en otras provincias y así cobran más dietas de alojamiento. No es bueno que este hombre predique con el ejemplo.
Cañamero declara que “la totalidad del sueldo de diputado irá a parar a la Caja de Resistencia contra la Represión en Andalucía”, es decir, que puede seguir viviendo. Luego, es posible deducir que los políticos cobran demasiado y entonces se podría encauzar las medidas oportunas para que parte de su sueldo se dedique a obras sociales. Eso, tampoco es bueno.
Este hombre se implicó en “asaltos a supermercados”, se expuso a terminar cumpliendo alguna condena penitenciaria, con el mero fin de dar a conocer la pobreza en Andalucía. No es bueno que se le pueda ocurrir destapar los tejemanejes que se profesan en el seno de nuestro gobierno.
Renuncia a su condición de aforado para enfrentarse a las causas que tiene pendientes debidas a su compromiso sindical, para no tener más prebendas que cualquier ciudadano de a pie. El aforamiento se está convirtiendo en la capa de invisibilidad de algunos políticos corruptos, al permitir que puedan eludir la ley. No sería bueno tampoco que la justicia midiera a todos por el mismo rasero.
Cuando su dudoso sistema tiembla ante posibles peligros, ¿qué hace? ¡Ataca con sus manadas de “lobos”!
Que sepan estos periodistas tan poco profesionales que la decencia, la honradez y la lucha por las libertades necesitan “lobos” de mucha más categoría para ser heridas.
Ana Rosa Quintana, la periodista y “escritora” acusada en su día de plagio y de firmar libros que no escribe, dice que no se puede sentar en el Congreso alguien que dice “el pograma”. A mí, particularmente, me da más coraje que nos roben los engominados que plagan las cortes que alguien diga “almondiga”, “esparatrapo” o “habemos” y se preocupe por nuestros derechos. Vaya por delante que nuestro presidente en funciones a menudo se expresa como…
Enhorabuena Cañamero… Aunque tu carta de recomendación no es jauja, por ejercer de “bandolero” en alguna ocasión, les diste un buen repaso a los necios del nefasto “pograma”.
Federico Soubrier García
Sociólogo y Escritor