El debate de la semana sigue siendo la venta urgente del Recre. Mientras unos grupos políticos consideran que hay que hacer el pliego de condiciones cuanto antes, el alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, destacaba en Antena Huelva Radio que la venta se hará en tiempo y forma para cumplir con la legalidad y mirando con lupa ese pliego y sus correspondientes cláusulas anti Comas.

La urgencia de la venta radica en que la liquidez que pudiera generar el Recre, debe ser maquillada para que Hacienda no embargue.

Intuyendo las palabras del alcalde, parece querer atar antes la llegada del nuevo consejo de administración, para que éste negocie con Hacienda las condiciones para poder desbloquear las cuentas.

Parece que quiere Gaby, dejar aclarado el panorama burocrático para luego poner el pliego de condiciones con unas cuentas algo más claras para el nuevo dueño.

Hasta aquí todos podríamos estar de acuerdo. Pero existe el problema de liquidez que día a día el club necesita. Cobrar sus nóminas es el objetivo de unos jugadores y empleados que no tienen regularizados los pagos. Pero hay también otros gastos generales que no pueden hacerse para la mejora de las instalaciones.

El Ayuntamiento quiere vender y así lo dice el alcalde. Queda saber cuándo podrá hacerlo, dado que de querer, entiendo que lo haría hoy mismo. Existe en esta vorágine, la preocupación del aburrimiento de esos inversores que tienen el dinero hoy en el bolsillo, pero que mañana podrían irse a otras inversiones.

Habrá que esperar al Pleno del último miércoles del mes actual, para ver qué votan los grupos a la moción que presentará Mesa de la Ría.

Si salieran votos a favor, habría que poner el pliego de condiciones cuanto antes, si bien esto no iba aligerar la hoja de ruta que Gabriel Cruz tiene trazada.

No cabe duda que todos los implicados desean lo mejor para la entidad, si bien unos consideran que ese bien se puede hacer de una forma u otra.

Particularmente a mí me agiliza la venta, la preocupación por que los empleados puedan regularizar sus deudas. Desde mi punto de vista, sólo un nuevo dueño podría hacerlo. Todo es entendible. Unos y otros tendrán que hablar, sentarse y llegar a un acuerdo para que el timador profesional no vea divisiones.