Que nadie me diga que las personas se miden por su valor y que las cosas se marcan por precios. Que nadie me lo diga. Que la frase es hermosa pero sin seso.
Antonio Hernando es un hipócrita de categoría suprema. La sinceridad de este político de ínfima laya nunca se extendió más tiempo de un par de segundos. Es tan cínico que quiere convencernos de que prefiere autoengañarse antes que reconocer que engaña a los demás. Como si pretendiera ser leal y desleal al mismo tiempo. No es que el hombre haga de su carencia moral virtud, no. Es que su vicio de mentir llega a tal extremo de horror que ensalza como hipocresía excelsa el arrepentimiento de su propia y bajuna actitud hipócrita.
Del nonó al sisí sin un desmayo. De la lóbrega sonrisa del traidor a la malévola mirada del chivato. De su extravagante filia pedrista a su irreductible fobia a Sánchez. Es la deshumanización del caleidoscopio personalista. De zapatero remendón a aguja de oro del facherío, en menos que canta el gallo andaluz. El tallo alto no ha sido cortado esta vez por la hoz de la venganza. El hombre se ha humillado solito ante el poder que ve desvanecerse ante sus ojos. Su muerte ppolítica está dictada porque el sueño que le alentó se convirtió en pesadilla.
Hernando es un barato. Precio de prenda falsificada en top manta de blancos mafiosos. Alerón de proa de los sujetos que hablan bien pero viven mal. Gran poder que se agota en el miedo a perderlo. Primer portavoz descendido al rango de portacoz. Portacoz a la verdad, a la fama, al honor, a la solidaridad, a los principios, al valor de la palabra dada, al compromiso ético y moral. Barato Hernando, vendido en el mercadeo entre tahúres, piratas, usureros y demás gentes de mal andar por barrios de baja política.
Si, al cabo, el Psoe se abstiene y Hernando oficia la misa del cambio, este tipo estrenará los galones de capitán general de las hordas felonas y cobardes. Lo de Roma no paga a traidores se hace carne podrida en esta actualidad. Del mismo modo que asoma, ocurrente, la cita mussoliniana: “La mayoría de los cargos del país están ocupados por fascistas de confianza. Los que no lo hagan por fidelidad, lo harán por temor, ya que no ignoran que se les fiscaliza”.
La traición, Hernando, Antonio, tiene un precio tan alto que nunca el dinero apagará tu avaricia. La traición, Antonio Hernando, nunca fue singular. Nunca. Quien fue traidor una vez, repitió. Por cierto, en hebreo, marrano significa amargo y forzado. Es fácil saber por qué.
2 comentarios en «TERETES.
El precio de un tipo.
[Paco Velasco]»
Los que no trabajaron fuera de la Política, tienen que tragarse los sapos que les preparan sus propios compañeros de partido, para seguir «ganado un sueldo» que llevarse a casa. Mirado así, dejemos que siga tragándose «sapos cancioneros de la noche». También los mismos, le pondrán un epitafio acertado.
Palabras duras pero justas, ante el relato que nos quieren hacer comprar y pasar por bueno, por parte de los grandes medios de comunicación.
Gracias y respeto por el valor de decirlo.