(Texto y fotos: José Luis Rúa) Siguiendo con las previsiones de los escritores ayamontinos, estos días se presentaba en la Biblioteca Municipal de la vecina Villa Real de San Antonio lo último del poeta del Campo de Canela, Eladio Orta, “ 45 poemas tontos y 8 latigazos” de la Editorial Amargord de Madrid y el libro de Ruanacher “ Los poetas del Guadiana en los medios de comunicación” de la editorial sevillana Wanceulen.
Caras conocidas entre el público, amigos, escritores, poetas que permanecieron atentos al desarrollo de un acto breve, sencillo y de una espontaneidad fuera de toda previsión. Miguel Godinho, responsable del área de cultura de la Cámara de Villa Real hacía de introductor y daba algunas pistas sobre las obras y los autores presentes esa noche. Como poeta, descifraba los interiores de la obra de Eladio y se recreaba en su estilo personal y tan característico. De Ruanacher, comentaba su inquietud y su constante búsqueda de todo aquello que habla sobre la poesía y el movimiento poético en la frontera. Eladio Orta con su estilo personal recitaba alguno de sus poemas y mantenía un dialogo fluido tanto con quienes le acompañaban en la mesa presidencial, como con el público que se interesaba por sus poemas recién paridos.
La periodista Susana Sousa, responsable durante algunos años del informativo Jornal do Baixo Guadiana, desmenuzaba lo mucho que ofrecía la publicación de Rúa, por cuanto hacia un extenso repaso a cuanto se ha publicado y dicho de los Poetas del Guadiana en estos cinco años de presencia pública y agrupados en torno a la poética, como vinculo de unión en la creación transfronteriza. Buena conocedora de lo mucho que se publica, se recita y se crea en estas tierras del Bajo Guadiana, fue capaz de hacer una exposición muy interesante de esta obra que es ya un documento para el futuro.
Finalmente fue el propio Ruanacher quien hizo un breve recorrido por los agradecimientos hacia todos quienes hacen posible que estas cosas sucedan. Patrocinadores, maquetador, editor, medios de comunicación, a quienes dedico unos piropos más que justificados, y finalmente al público, que es quien da cobertura y sentido a la creación en las tierras de la frontera.
De nuevo los poetas aparecen juntos, ofreciendo lo mejor de sí y haciendo un acto de fe ante un arte que crece cada día más, y cada día tiene más adeptos capaces de hacer y divulgar la poética como una nueva especie de flora silvestre que espera ansiosa la llegada de la primavera. Una tarde-noche llena de calor y de nuevas sensaciones, esta vez, en la otra orilla del gran río.