(Texto y fotos: Blas Miguel Hernández) Tras el descanso abrió el telón la murga de Bollullos Par del Condado “Antes muerto que sin silla”, que representaban al público del propio patio de butacas del Gran Teatro, con un telón de fondo de toda la “Bombonera” tal cual se ve desde el escenario.
Estos murguistas animaban desde el escenario como si los que cantasen estuviesen en el patio de butacas, encontrando apoyo desde un principio por sus propios seguidores, siguiéndoles a lo largo de la actuación el resto del público presente que se fue contagiando.
Describen en su presentación lo que hace el público cuando canta un grupo u otro, además de tener un recuerdo para el grito de guerra de Juani Manzano y se pelean por estar en primera fila, pues como dice su título: Antes muerto que sin silla.
Cantaron agradeciendo por la respuesta del Gran Teatro, al calor que le brindó su público el año pasado en su debut, alegando que seguirán viniendo queden como queden en el concurso. Tras este primer pasodoble, realizaron un segundo de manera crítica hacia la sanidad, utilizando para ello la narrativa de un día una visita al Infanta Elena.
En los cuplés se acordaron de Carolina Marín y remataron diciendo que cualquiera le gana en una final a la chirigota de Villarrasa. El segundo de ellos hace alusión a que como buen público se han visto todas las preliminares, citando en su letra a la comparsa de Cádiz que abrió sesión y posteriormente nombran a su propia agrupación, que en plan chistoso y sin querer influenciar al jurado piden que no pasen las punteras pero si a semifinales la de Bollullos.
Su estribillo está compuesto por los gritos usuales que el público le dedica a las agrupaciones para jalearlas, lo que provoca la respuesta idéntica en el verdadero público. El popurrí dedica una cuarteta a la cola de la taquilla del teatro y consiguieron enganchar a todo el teatro siguiéndoles el juego a base de palmas. El bocadillo y el botellón que llevan escondido a la sesión fue otra de las cuartetas con la que terminaron comprometidos tras bebérselo y algunos otros puntos con los que se divirtió el respetable.