La Mesa de la Ría ha dirigido un nuevo requerimiento a la Audiencia Nacional (AN) para evitar que la empresa Fertiberia se inhiba de acometer una restauración medioambiental a las 278 hectáreas que conforman la zona 4 de las balsas de fosfoyesos. En concreto, la organización ha presentado un nuevo incidente de ejecución ante la Audiencia Nacional para evitar que la empresa «deje sin restaurar» dicha zona, la cual es «reactor químico en plena actividad».
Según ha informado la formación en una nota de prensa, el proyecto que ha presentado Fertiberia para «enterrar los fosfoyesos únicamente» contempla actuaciones sobre 442 hectáreas (la zonas 2 y 3), del total de las 720 sobre las que vertió dichos residuos, alegando que la citada zona 4 ya se fue restaurada medioambientalmente por Egmasa.
Para la Mesa de la Ría, «incomprensiblemente esta misma tesis está siendo defendida también ante la Audiencia Nacional por el propio Ministerio de Medio Ambiente».
Por ello, Mesa de la Ría solicitó mediante un escrito a la Junta de Andalucía que se manifestara sobre el estado de restauración de las 278 hectáreas de la zona 4, sobre el cual ha obtenido respuesta en el sentido de que «no existe pronunciamiento alguno sobre el estado de restauración de la citada zona».
Así, desde Mesa de la Ría se ha reenviado dicho posicionamiento de la Junta de Andalucía a la Audiencia Nacional para que ésta, o bien obligue a Fertiberia a extender a la totalidad de las 720 hectáreas el proyecto que finalmente resulte aprobado, o bien para que sea la propia Audiencia Nacional quien solicite a la Junta de Andalucía información sobre el estado de restauración de la citada zona 4.
En este sentido, la Mesa de la Ría ha sostenido que, según técnicos especialistas en la materia, la zona 4 de las balsas de fosfoyesos se ha convertido en «un verdadero reactor químico» donde por la interacción de los diferentes residuos allí depositados «se están produciendo reacciones químicas de manera permanente, habiendo dado lugar a minerales de neoformación».
Para la formación, «con esto se demuestra que en ningún caso dicha zona permanece estable y restaurada medioambientalmente». «En este mismo lugar se encuentran enterrados los residuos radiactivos contaminados por Cesio 137 procedentes de Acerinox, que ni el Consejo de Seguridad Nuclear, ni Enresa, ni el Gobierno pueden dar por autorizado y menos por restaurado», han recordado.