(Texto: Federico Soubrier) Hay que ser tonto para venir a estas alturas diciendo que “España va bien” pero que “los españoles están jodidos”, los de abajo como siempre.
No sé cuánto tiempo, cuántas reuniones, ni cuántas dietas habrán hecho falta para darse cuenta y elaborar un informe que estaba cantado desde el mandato anterior.
Bruselas nos lee la cartilla porque la brecha de desigualdad está alcanzando unas cotas inadmisibles. Lo curioso es que todo esto proviene de los recortes y las medidas que la UE le impuso a un gobierno más que sumiso, cuyo grupo de economistas demuestra reiteradamente que no da una en pro de la igualdad social.
¿Y ahora qué? Me extraña mucho que se vayan a aplicar la teoría de los vasos comunicantes para que el dinero fluya de arriba abajo hasta que todos estemos igual, lo cual quedaría en que todos estaríamos muy requetebién, ya que arriba hay billetes para tostar muchas vacas.
De otro lado, no sé qué sentimiento puede experimentar Pedro Pacheco con su famosa frase “la justicia es un cachondeo” a día de hoy, al igual que millones de españoles cuyos mundos se rigen bajo la atenta mirada del citado poder, bueno, mejor dicho bajo su supervisión, ya que está representada con los ojos vendados y una balanza para no dejarse llevar por ningún tipo de prejuicio si pudiese identificar al acusado.
Aunque todos acatamos las sentencias, no cabe duda que los fiscales han desestructurado el siempre esperado discurso de navidad, ya que a ver quién se atreve ahora hacer referencia al tema judicial.
Me apena que el concepto de responsabilidad civil subsidiaria tienda a desaparecer entre tantas penas y condenas a políticos corruptos utilizadas por sus propios partidos para colgarse indignantes medallas.
No me extraña que posiblemente la película La La Land se lleve esta noche a casa una carretilla de óscares, parece que no es tiempo de pensar demasiado y mucho menos de denunciar nada. Para algunos de nosotros ya quedó muy atrás aquello de “La juventud baila” de José Luis Fradejas; en fin, alguien se empeña en demostrar que “la música amansa a las fieras”, ya veremos qué pasa…