La recuperación económica y la postcrisis ha traído pareja una tendencia que, después de cinco años, se ha consolidado: los negocios lowcost. Tal y como revela el observatorio de ESADE sobre la conducta del consumidor durante la crisis económica, una quinta parte de los consumidores reconocía haber modificado sus hábitos de compra en pro de consumo de productos más baratos.
Los gastos habituales son las partidas que más han visto modificado las tendencias de demandas, según evidencia el estudio. Frente al beneficio y satisfacción que se valoraba en los periodos anteriores al estallido de la crisis, el consumidor de la crisis y la post crisis efectúa una valoración más racional de los productos a adquirir. Así, más del 23 por ciento de los ciudadanos consultados por la consultora TNT se reconoce como comprador habitual de productos lowcost.
Nuevas políticas de precios agresivos y marcas blancas
Este fenómeno ya tiene un nombre técnico en el argot financiero: compra inteligente. Así denominan los expertos en ingeniería de producto a la ponderación del consumidor entre el mejor precio de un producto y su grado de satisfacción con su consumo.
Estos expertos coinciden en señalar que esta modificación en los patrones de gasto por parte del ciudadano ha repercutido en la política de precios de las compañías. Ante un consumidor que demanda productos a menor coste, si esta necesidad no se ve cubierta, como consecuencia se produce una caída en la demanda.
Por extensión, un retroceso en la demanda agregada del producto o servicio ha llevado a las empresas a una reorganización de sus procesos productivos y de promoción. Así, la marca tradicional ha pasado a un segundo planto, empujada por el auge y aceptación de las conocidas como marcas blancas: productos de calidad similar a las marcas de renombre -en muchas ocasiones fabricadas por ellas mismas-, comercializadas bajo una marca genérica sin una promoción masiva detrás.
Compra inteligente en todos los sectores
Todos los expertos consultados coinciden en señalar que le precio es uno de los principales factores de competitividad de las empresas. Si bien es cierto que en algunos sectores como el retail, esta guerra de precios es más evidente, las economías de escala surgidas durante la crisis como modelos de consumo alternativos han generado una auténtica deflación en los precios de venta en productos básicos que antes se consideraban como productos de precios estancos.
Así, las fluctuaciones de precios derivadas de esta compra inteligente afecta ya a sectores tradicionales como las comunicaciones o los transportes. En el sector de la moda y la belleza, la guerra es total.
La moda, a la cabeza del low cost
Los españoles somos fieles consumidores de moda. A pesar de la crisis, el consumo en este sector apenas se ha percibido, siendo esta etapa una fuente de nuevas propuestas de negocio como las marcas lowcost.
Las ofertas de ropa barata arrastran a miles de usuarios ávidos de hacerse con las nuevas tendencias de cada temporada sin destinar un gran presupuesto. Para ello, se buscan los chollos de ropa para mujer tanto en tiendas outlet como en marcas que se autodenominan low cost o de bajo coste, como en tiendas online.
Estética y cosmética: tratamientos en casa a precios low cost
También el sector del cuidado personal se ha visto arrastrado por la corriente del bajo coste. Según diversas asociaciones e iniciativas de empresas de estética y cosmética profesional, se ha registrado un repunte en la demanda de productos profesionales para realizar los tratamientos en casa. Los productos de estética como tintes y tratamientos para la piel son algunos de los casos más llamativos en el ámbito femenino.
En cuanto al hombre, si bien la moda hipster ha perpetuado la moda de las barbas y con ella el renacer de las barberías, cada vez son más los hombres que demandan máquinas de corte profesionales wahl. Wahl Barber Combo, uno de los buques insignia de Wahl ha batido todos los records en la campaña del día del padre.
Eso sí, cuando se deciden a acudir a los centros y empresas profesionales, el consumidor de hoy lleva en mente exactamente qué quiere, y cuánto espera invertir en ello. Así ocurre, por ejemplo, en el caso de los peinados de novia. Actualmente, de cada a la boda, la tendencia viene marcada por peinados recogidos. La consumidora de hoy, antes de acudir a la peluquería, revisa en Internet cuáles son los precios y cómo conseguir un peinado de boda sencillo y económico.
La industria low cost en la postcrisis
Low Cost y sostenibilidad
Junto a estos patrones de consumo, tiene especial interés la unión de moda y sostenibilidad. Desde la revolución que promete ser la impresión 3D aplicada a los textiles y complementos, a la utilización de materiales poco habituales.
Así, en los círculos de moda más alternativos encontramos desde vestidos en papel reciclado a lentes de madera. Especialmente llamativo es el caso de estas últimas. Las lentes de madera, comercializadas por Ozader, se han convertido en tendencia después del uso reiterado de varios modelos por sendas celebridades internacionales. Moda a bajo coste, sostenible, y de moda.
¿A qué se debe este buen momento de la industria low cost si según todos los datos macroeconómicos la recuperación económica es una realidad? Los expertos en comportamiento del consumo aseguran que la causa principal de la pervivencia de los sistemas de producción y comercialización low cost reside en que el ciudadano se ha acostumbrado a un consumo mediante ofertas y precios bajos.
Salvo en casos de extrema necesidad, el español hoy busca y compara precios y etiquetas. Y no solo en Internet. Una de las mayores quejas de los comerciantes en este sentido es la constatación de un proceso de compra en el que en el mismo punto de venta el consumidor consulta tiendas de la competencia en busca de un mejor precio.
Otros expertos auguran que el low cost arrastrará a las grandes marcas, si bien existe cierto consenso en señalar que identificación del consumidor con una marca concreta hace improbable que la marca blanca o la réplica de bajo coste llegue a derribar la imagen de estos grandes emporios de la moda y la belleza.