(Texto: Federico Soubrier) Parece que a Rajoy le ha tocado ejercer de don Tancredo en este circo de la corrupción, lamentablemente tendrá la nariz colorada y recibirá alguna que otra cornada cada vez que vaya a Bruselas por ser de los poquísimos presidentes de gobierno que tienen que acudir a un juicio en calidad de testigo.
Milagrosamente, se libró cuando los papeles de Bárcenas, no sé cómo, pero Luis aguantó, vaya si aguantó.
Imitando a los gobernadores brasileños, se va a cargar la marca España que tanto ha costado levantar y, entre unos otros y otras que no saben “na de na”, terminarán de rematar.
Para nada han servido las alegaciones del Partido Popular de cuestiones de agenda o de seguridad, la podredumbre de la carcoma que los devora ha llegado a tal nivel que hay que sentar al presidente en el banquillo. Responsable electoral cuando se fraguaba el caso Gürtel, con algo de sorna, la justicia le explica que declarando estará más seguro que cuando anda por los mercadillos.
Eso de que testificará como un ciudadano más no deja de ser una chorrada del tamaño de la gran muralla china, la cual seguramente se podría empapelar con los ríos de tinta que se van a escribir y a publicar sobre cada pregunta y cada contestación que pueda tener el acierto de atinar, por eso de ser el único que hace unos días votó en contra de los presupuestos que él mismo presentaba, pulsando el botón del NO. Por cierto, presupuestos contra el pueblo, el mismo que si tuviese que pasar un psicotécnico para poder votar, en la mayoría de los casos no lo lograría.
El presidente tendrá que dar palos al agua intentando no salpicarse ni chorrear a los suyos, pero ya no nos quita nadie que esto sea una vergüenza para él, para los suyos y para todos, porque los daños colaterales no se podrán evitar.
Bruselas colocó recientemente a Andalucía a la cabeza de la corrupción regional, entre otras malas notas, a raíz del caso ERE, por supuesto ese pastel es del PSOE, pero mientras que haya políticos que en un plisplás se ventilen más dinero del que pueda ganar un obrero honrado en toda su vida laboral, dejándose los riñones en el camino, esto no tendrá solución.
Increíblemente, Pedro tal y como ganó se olvidó del “NO ES NO” y se pasa por el forro la moción de censura, mientras intenta quitarle a los rencilleros de podemos votantes para no caer en el abismo, temiendo perder todos los sillones y desaparecer como los franceses, también en otro plisplás, que tenía que haber sido el título del artículo, pero me equivoqué de botón.
No sé yo, pero me huele a que teniendo un Código Penal obsoleto (1995) poco se podrá avanzar en el buen camino hasta que tengamos uno adaptado a los nuevos tiempos.
No se tampoco si a Rajoy, como buen don Tancredo no lo pillará el toro, o de nuevo se confundirá de botón, pero de lo que sí estoy seguro es que esa corrida la seguirán millones de aficionados sin pañuelo…