(Texto y foto: José Luis Rúa) Hacía tiempo que teníamos un compromiso entre Dani Franco y un servidor. Habíamos aplazado una visita a su estudio para ver como disfrutaba interpretando sus sueños en un lienzo, o como describía sus argumentos pictóricos en una tela o una tabla. Y al final nos hemos encontrado una tarde de estas donde el calor empaña el objetivo, inutiliza las gafas e invitan más a una visita a cualquiera de nuestras playas que a este estudio factoría de arte, en su más amplia expresión de la palabra.
Dani Franco se va Huelva a exponer, lo hará en las paredes de “Almenta”, conjugará su arte pictórico con el culinario de su anfitrión. Dice que ha estudiado a fondo el planteamiento del local con el suyo propio, que ha hecho un juego de muchas combinaciones y de muchas maneras de casar lo uno con lo otro. Será una perfecta unión de lo gastronómico y lo visual, de las sensaciones del gusto con las de la visión. Será Dani en su más pura esencia.
La muestra consta de diez cuadros de un formato grande y algunos pequeños. Obra adecuada para el espacio expositor. Una sinfonía de versos visuales y una sugerencia poética que va a sorprender a todos, nadie puede quedar ajeno a semejante muestra. No hay que olvidar que Dani Franco es poeta, letrista, cantante, compositor, músico, pintor, creador sin límites. No hay que olvidar que el autor ya fue ganador de un certamen poético en Ayamonte hace bastantes años. Que fue uno de los que participaron en una colectiva poética en la década de los 90. Dani Franco es una caja de sorpresas que hace recrear los sentidos de quien le escucha o de quien se detiene ante una de sus obras.
Observándole en su estudio como da los últimos toques a su trabajo, como fusiona el color y lo convierte en silencio, reposo o atmosfera de mar y cielo, o como por enfrente, la otra cara lo es de fuerza, de sentimiento y lucha, es como la poesía de la experiencia o el verso de lo cotidiano. Y es que al preguntarle por el título de su colectiva “El altar de los niños perdidos”, obligatoriamente hay que preguntarle el significado de semejante titulo. Pero la sorpresa es mayor aun, cuando lo que toca es comprender que han sido los versos de García Montero los que han diseñado la imaginación del artista y los que le han llevado a esas composiciones, que dejan a uno filosofando sobre la propia existencia. Dice Dani, que es Peter Pan quien se esconde detrás de muchas manchas que adquieren formato de obra, que son los sueños infantiles los que florecen tras unos versos que ya tienen dueño.
Así es como el espectador de esta magnífica exposición verá a los pies de la obra títulos tan sugerentes como “El dolor errante de los barcos nocturnos”, “El destino contempla los caprichos del amor en sus ojos orientales” o “La luna convirtió en escombros la ciudad de los sueños ajenos”, todos ellos, versos del poeta granadino que acompaña a nuestro pintor en sus horas de mayor soledad y en las horas grises robadas a la noche.
Una exposición que estará abierta hasta finales de mes y que provocará en el espectador su interpretación libre de la propuesta de este ayamontino polifacético y romántico. Se podrá ver la luz y el color extraídos de esa agua que nos rodea y de ese entorno que nos habita en las Tierras del Bajo Guadiana. Todo será primavera y verano, pastel y paz, el hombre que sueña y el niño que llevamos dentro, y al final, todo quedará resumido en una atmósfera poética que nace cuando diriges la mirada a uno de sus magníficos cuadros. Dani Franco en Huelva, ahora en Almenta. Suerte maestro.