(Texto: Javier García Baquero) Ficha Técnica: Lleno en los tendidos. Festival benéfico a favor de la hermandad del Cautivo y los familiares de enfermos con fibromialgia de Almonte. Novillos y un eral de José Luis Pereda, de buen juego en conjunto, y uno, que hizo de quinto, de la Dehesilla Cuarto y quinto premiados con la vuelta al ruedo en el arrastre.
Juan José Padilla, oreja. «Paquirri», silencio. Manuel Jesús «El Cid», dos orejas y rabo. Manuel Escribano, dos orejas y rabo. David de Miranda, dos orejas y rabo. Andrés Romero, dos orejas y rabo. Paco Ruiz, oreja.
Crónica: Tarde de ver crecer a un torero. Más allá del catetismo, el espectáculo de este festival ya tradicional y que muchos toreros quieren torear por devoción a la Virgen del Rocío patrona de Almonte, más allá de todas las consideraciones hay que decir que David de Miranda logró en el quinto, novillo noble justo de casta y fuerzas, las más altas cotas de toreria y verdad, Hace tiempo ya que hay dos espectáculos cuando torea el de
trigueros, uno hasta y otro desde que Miranda sale con el capote, que maneja ya como sólo unos pocos privilegiados lo hacen en el toreo actual.
Verónicas ceñidas, despaciosas, mecientes, puras y ganando un paso, en el quite cercana por tafalleras muy personales y serias. Con la muleta las virtudes de los que mandan, temple, pureza, despaciosidad, trazo largo de muy adelante a muy atrás, y un pase de pecho de aquellos en que el cornúpeta se refriega íntegro por la pechera del torero hasta rematar en la hombrera contraria.
Además lo mató por arriba y con pulcritud. Así se ve crecer un torero grande. Tiempo y paciencia, que en la memoria ya guardamos pertrechos de lo que es toreo que todos soñamos
Antes las ganas de un Padilla que no se cansa, la fuerza de un Paquirri que es un habitual del festival y que en el año de su despedida de luces no se encontró con enemigo, el torero puro y de verdad de El Cid, que, si las
empresas y las gradas las llenasen gentes con más sensibilidad y menos prejuicios, veríamos en más ferias y mejores carteles, por que el de Salteras está en plenitud de gusto y saber. Las maneras fáciles de un
escribano que no se aburre.
Luego de Miranda la voluntad férrea del rejoneador de Escacena del campo que sigue derrochando monta y valor en sus actuaciones y la esperanza de este sin caballos lucenero que es Paco Ruiz que apunta valores y enseña maneras