Cuando estamos en esa etapa donde estamos buscando trabajo, estamos sumergidos a mucha presión. Tanto para preparar un buen currículum, elegir con que palabras redactamos nuestra carta de motivación y seleccionar las ofertas de trabajo que más se adapten a nuestras capacidades y necesidades.
Después de la primera ronda de enviar los currículums, viene la parte de esperar. Y como dicen, quién espera, desespera. Suena el teléfono un domingo a las 18 de la tarde y creemos que puede ser alguien de una empresa y parece que el corazón nos vaya a salir por la boca.
Cuando por fin llega el momento que nos llaman, pasaremos a la entrevista, y es este momento en el que tenemos que “vender” lo que hemos escrito en el currículum.
En primer lugar, la seguridad en uno mismo es lo más importante. Si no confiamos en nosotros mismos ¿quién lo hará?
Así que debemos encontrar nuestro amuleto, o ritual para relajar los nervios y así poder dar lo mejor de nosotros mismos.
En segundo lugar, elegir la vestimenta correcta para dar una buena impresión y también para sentirnos seguros.
Debemos ser cuidadosos en este punto, ya que tenemos que tener en cuenta el dress code de cada empresa.
Si la empresa tiene un protocolo de vestimenta formal, como sería un banco, debemos elegir un traje para la ocasión, con camisa con sus correspondientes accesorios para hombre, o para mujer.
Si el código de vestimenta es más flexible, podemos elegir un outfit más informal, pantalones chinos, una camiseta y en esta ocasión no será necesaria la corbata, sino que podemos lucir otro tipo de accesorios.
Y si, al contrario, la empresa donde vayamos a hacer la entrevista no tiene ningún código, tenemos más libertad para escoger nuestro look. Esos sí, siempre cuidándolo para dar una buena impresión.
Lo más importante de nuestra vestimenta es intentar llevar cosas que no nos hagan sentir incomodos. Y que nos veamos bien para dar una imagen segura y confiada.
En tercer lugar, debemos prepararnos bien la entrevista. Estudiando la empresa, su estructura, con quién vamos a hablar, que valores tienen en esa empresa, cuáles son sus objetivos y su misión.
Sabiendo todo esto nos sentiremos mucho más seguros, ya que la información es poder y podremos demostrar que estamos preparados.
Defiende lo que sabes, y lo que pueda ser un punto negativo, como no hablar inglés, por ejemplo, gíralo en algo positivo, y demuestra que estarías dispuesto a aprenderlo si fuera necesario.
Actitud, ante todo, ya que no existe el candidato perfecto, como tampoco hay el lugar de trabajo ideal.