Dos testigos, vecinos de Almonte, han situado a Francisco Javier Medina en la calle, fuera de su trabajo, el día que se produjo el doble crimen, el 27 de abril de 2013. Ambos han testificado este martes en la cuarta sesión del juicio en el que Francisco Javier Medina está acusado del asesinato del exmarido de su por entonces compañera sentimental y de su hija.
La versión que han dado ambos es coincidente y contradice la que dio el acusado en su declaración del pasado jueves. Ambos ha asegurado que efectivamente se encontraron con Francisco Javier Medina, pero cuando aún había luz solar, antes de las nueve de la noche –entre las 20.00 y las 20.30 horas–, y no después de las diez –tras salir del trabajo–, tal como había asegurado Medina en su declaración.
Fue en la calle Feria, los dos testigos iban a caballo y el acusado en su vehículo particular. Uno de los testigos ha especificado que se acordaba de la hora porque había quedado para vender un caballo y se dirigía donde había quedado para cerrar la venta.
OTRAS DECLARACIONES
El comprador del caballo, un hermano de éste y el corredor también han prestado declaración. Los tres han coincidido en que cuando llegaron al solar donde habían quedado aún había luz solar.
También ha prestado declaración la hermana de Marianela Olmedo, que ha abundado en el hecho de que la relación que mantenía su hermana con Francisco Javier Medina era «tóxica», de «maltrato psicológico» por parte del acusado, al tiempo que ha destacado el buen carácter de su expareja, Miguel Ángel Domínguez.
La hermana de Marianela ha explicado como ésta cambió su manera de vestir y carácter desde que inició la relación con el acusado, el cual llegó a llamarla en una ocasión en público «burraca y puta», algo que fue comunicado por Miguel Ángel al encargado del supermercado.
Después ha relatado como el acusado permaneció con su hermana hasta el momento de la detención, un año después de los hechos, tiempo este en el que los celos habían desaparecido.
También ha prestado declaración Antonio Domínguez, padre y abuelo de los asesinados, que ha recordado lo bondadoso que era su hijo y lo unido que estaba a su hija.
La defensa del acusado ha preguntado para saber, en el caso de la hermana de Marianela, si ella había presenciado alguna escena particular entre su hermana y Francisco Javier Olmedo, y en el caso del padre de Miguel Ángel, para que dijera si había habido algún tipo de denuncia o la niña había comentado algo sobre malos gestos de su madre para con el asesinado. En ambos casos la respuesta ha sido negativa, aunque la hermana de Marianela ha insistido en que sabía por su hermana lo mal que lo estaba pasando.
GUARDIA CIVIL
También ha habido tiempo este martes para que declarara un guardia civil encargado de la inspección ocular de la casa donde tuvieron lugar los hechos.
El guardia ha explicado que las puertas de la vivienda, ni la del piso ni la del portal, presentaban señales de haber sido forzadas, por lo que la deducción lógica es que nadie entró con la intención de robar, que conocía la vivienda y debía ser conocido por las víctimas.
En su declaración ha remarcado la gran cantidad de sangre que había por la casa, lo que habla de una tremenda agresividad, de ahí el gran número de heridas de las víctimas.
En otro orden de cosas, ha manifestado que las toallas donde se encontró el ADN no fueron recogidas en un primer momento por la Guardia Civil porque no presentaban sangre.