(Texto: Paco Velasco) Tristes, sí. Lamentables, también. Pero de reprobables, nada. Las cargas policiales del primero de octubre no son reprobables. Basta con mirar bien los videos y comprobar los heridos. Cuando los delincuentes se organizan cual bandas mafiosas de Europa del Este, nos convencen de que son hermanitas de la caridad. Para lesionados, los nuestros, nuestros agentes de la seguridad pública.
De la misma manera que los golpistas catalanes (ojo con los radicales de la Cup que tienen acongojada a la derechona de Puigdemont y Mas) se escudan en esas imágenes para justificar su bien preparada guerra de guerrillas contra España, Margarita Robles, la lengua congresual de Pedro Sánchez, se aferra a ellas para hacer daño al Gobierno y a las Fuerzas de Seguridad del Estado. Como ni el líder ni su mano derecha tienen narices para atacar a la Policía Nacional y a la Guardia Civil, pues aprovechan el tirón independentista para vengarse de Rajoy.
El ataque pasa, sin embargo, por la reprobación de la vicepresidenta Saénz de Santamaría. Robles, la del GAL, y otras hazañas conocidas, quiere sangre. Soraya es la víctima propiciatoria para calmar al dios PODERATODACOSTA. A la señora Robles, la no militante directora del PSOE, le importa un pimiento el problema catalán y una boñiga la unidad de España. Necesita sangre de Soraya que tiña de rojo su sed de venganza. Ni el mismísimo Alfonso Guerra entiende su actitud.
Ahora bien: como su propuesta de reprobación hallará el apoyo de los parlamentarios más separatistas de España, la ex mano derecha/izquierda de Belloch se unirá en ocasional matrimonio con los demócratas de Podemos, de Izquierda Unida, de Bildu, etc., etc. Una joya, vamos. Un conciliábulo a favor de la ruptura del país.
Con todo, y termino, no se le ocurra reprobar a la Guardia Civil o a la Policía Nacional. Hasta ahí podríamos llegar. Más vale que denuncie al sedicioso Trapero (otro que muere de ambición), a sus mossos (ejército distribuido por el tendido de solysombra) y a las bandas de agitadores mercenarios de la Cup y de Arran.
Déjese, Margarita, de cuentos de terror. Repruébese a Vd. misma cuando se acredite que los golpistas se refugian en gente como usted para declarar unilateralmente la independencia de Cataluña.
Cuando el ejército acuda a Cataluña, que acudirá, repruebe también. No se corte.