(Texto y fotos: José Antonio Mayo Abargues) Los okupas de los pinos se encuentran cómodos en Mazagón y al parecer se han instalado aquí para quedarse. Pertenecen a la familia de los coleópteros y su comportamiento es muy agresivo, siendo los causantes de la muerte de decenas de pinos piñoneros, el mayor patrimonio natural de esta localidad.
En enero de 2012, el autor de este artículo hizo sonar la alarma en la prensa sobre la plaga de este coleóptero que está invadiendo los pinares de Mazagón. El objeto de esta publicación no era otro que el de informar sobre la muerte de numerosos pinos piñoneros por esta enfermedad y sensibilizar a la opinión pública y a las autoridades competentes sobre el problema que se nos venía encima. Pero cinco años después la situación es idéntica y nada ha cambiado. Decenas de pinos mueren sin que nadie haga algo para evitarlo. Se puede decir que el problema de esta plaga es generalizado en todo Mazagón, siendo la urbanización El Alcor la zona más afectada.
El Barrenillo del pino no es detectado hasta que no causa sus primeros efectos. Ataca principalmente a pinos enfermos o debilitados por la oruga Procesionaria, que provoca defoliaciones en los pinos, abriendo un camino fácil para el acceso del Barrenillo.
Estos insectos son de color negro y tienen una longitud de 4 a 5 mm. Su ciclo biológico pasa por los estados de huevo, larva, pupa y adulto. Es una especie monógama, siendo la hembra la que lleva la voz cantante en la colonización del pino, haciendo un orificio de penetración donde se produce el apareamiento. La hembra hace el trabajo fino, labrando la galería, mientras que el macho se encarga de sacar los escombros, es decir, retira el serrín hacia el exterior y vigila en la puerta para que la resina que segrega el pino no tapone la entrada de la galería.
La hembra pone entre 25 y 45 huevos, en unas pequeñas celdas a ambos lados de la galería, y veinte días después salen las larvas, que se alimentan de los tejidos vivos del pino, rompiendo los vasos conductores de la savia y originando su muerte.
Los primeros síntomas del ataque del Barrenillo son la decoloración o el secado de las ramas, o la presencia de grumos de resina amarilla en el tronco. Si el ataque ha tenido lugar en las ramas, la afección repercutirá solo en su crecimiento y es posible que llegue a recuperarse, pero si es en el tronco, la enfermedad es terminal y el pino se secará rápidamente y morirá.
Varias generaciones disfrutaron de la sombra de este pino. Se intentó salvar con productos químicos, como se puede apreciar en la foto, pero su muerte fue inevitable. Poco después fue talado.
Para que la enfermedad no se propague a los pinos próximos hay que talarlo de inmediato y quemarlo. Contra esta plaga no hay tratamientos químicos eficaces, ya que este insecto vive la mayor parte de su vida dentro del árbol, donde estos productos no pueden llegar; aunque se han realizado estudios experimentales, obteniendo buenos resultados en el entorno de zonas infestadas para capturar al insecto y evitar la propagación. Consiste en colocar trampas con cebada, ligada con a-pineno y etanol, en un recipiente que se recoge cada quince días. Al parecer, esta medida es bastante eficaz y tiene un mínimo impacto sobre la fauna depredadora.
Para frenar esta plaga y tratar de erradicarla, es necesaria una implicación seria de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía en toda la masa forestal, incluidas las parcelas privadas. La riqueza natural de Mazagón está en peligro.