(Firma: Paco Velasco) Nos decía Cervantes: ¿Qué quiere decir retablo de las maravillas? Y contestaba a través de uno de sus personajes: “El cual fabricó y compuso el sabio Tontonelo (…) con tales puntos, caracteres y observaciones, que ninguno puede ver las cosas que en él se muestran (…)”.
El independentismo es un nuevo retablo de las maravillas. Los recreadores del mismo han seguido el proceso de engaño a los ojos. Este proceso se desglosa en tres funciones: engañar, aceptar el engaño y descubrir el engaño.
La valentona tropa secesionista admite el engaño masivo al pueblo con la Declaración Unilateral de Independencia. Desde los tontonelos Junqueras a Mas pasando por las lelatontas Forcadell o Rovira. Han engañado y aceptan el engaño: la DUI fue simbólica. Una bromita, vaya. Queda por discernir, sin embargo, quién descubre el engaño.
El engaño lo descubre el pueblo. Como siempre. No actúa como el regidor Juan Castrado del sainete. En todo caso, como el niño que advirtió la desnudez del emperador. Lo cierto es que el emperador huyó avergonzado y su tontonela cupista adoptó el status de prófuga de su propia estupidez.
Al cabo, el 155 y Llarena levantaron el velo del embaucamiento. Ya nos lo advertía Séneca: “El que recibe lo que no puede pagar, engaña”. Pues nada, ahora toca esperar que el Gobernador Torrent determine el desposamiento de su ahijada, la señora Castrada, a ver si de esta manera, muestra su retablo de las maravillas. Y todos se enteran de la dimensión del timo.