(Texto: Juan Andivia) No puede realizarse un análisis objetivo del día de ayer, 8 de marzo, porque no somos objetivos nunca, pero alejándome todo lo que puedo, he llegado a estas conclusiones sobre las movilizaciones a favor de la igualdad, digo yo.
- Los causantes de los males que padecemos siguieron con sus quehaceres cotidianos, contemplando las manifestaciones como un espectáculo más. No se quisieron informar o tomaron cualquier opinión sesgada, se reafirmaron en sus creencias paternalistas y esperaron sin complejos que pasara el día y el fragor de la batalla.
- Hablando de batallas, parece que la de este jueves debe ser la primera, porque no se trata de expresar para quienes nos sentimos feministas que el movimiento está triunfando, sino de hacer que los integrantes del punto anterior recapaciten.
- Bien harían los partidos políticos y los sindicatos en priorizar el bien perseguido a la visibilidad de sus siglas, porque actuando como actúan fortalecen a sus simpatizantes y espantan a los contrarios.
- Una vez que se acepte que el daño es general, sería conveniente revestirse de sentido común y luchar por lo mismo en nombre de todas las mujeres, especialmente por las que, libremente o no, fueron a trabajar ese día.
- Si alguien cree de verdad que es una causa justa (corresponsabilidad, brecha salarial y de pensiones, discriminación laboral, techo de cristal, acoso y violencia sexual), debe decirlo desde todos sus foros, los lacitos no bastan; pero también lo contrario, así evitaríamos que amigas del pepé tuvieran que morderse la lengua, o que se siga adulando al más macho desde que eso que llaman izquierda.
- Una vez las cartas boca arriba, emítase una opinión desde los partidos políticos y actúe el elector en consecuencia.
- Cuando en un día como éste, se eliminen las bromas sobre las reivindicaciones y sus protagonistas, algo estará cambiando de verdad.
- La neutralidad no existe, así que tú, mujer, que te crees apolítica, mira a ver a quién favoreces con tu indiferencia.
- El lenguaje es importante; si lo piensas, practica, que no es tan difícil; aunque sin incongruencias, como la de portavoza o miembra.
- Reflexionar es gratis. Puede ser que no proceda romper con tu pareja, pero piensa en tus hijos y, sobre todo, en tus hijas.
Definitivamente, para conseguir una sociedad igualitaria hay que luchar en todas las batallas, porque los verdaderos enemigos de esta causa aparecen en guerrillas, no de frente y se saben fuertes y despolitizados, o eso dicen ellos.