(Texto: Paco Velasco) Los golpistas, presos o libres, se las prometen muy felices. Desde el excarcelamiento de Robindemont de los mangantes, el facherío secesionista ha cambiado la estrategia judicial. A fin de sacar de quicio a Llarena, le provocan tratando de arrancarle siquiera un mohín de cabreo. Impertérrito el magistrado, los procesados se comen el marrón en sus respectivas celdas.
La resolución del tribunal de un land alemán se ha convertido en paraguas, lleno de agujeros, para los granujas del procés. A poco que España recurra al Tribunal de Justicia de la Unión Europea si los jueces alemanes no motivan como es debido, el queso de gruyère se va a desmoronar manchando las lenguas y las manos de los cantamañanas que hoy aparentar reír.
El Auto del tribunal Supremo de España es un modelo de intelectualidad. Intelectualidad preñada, además, de lenguaje pedagógico. Y si no, lean los textos que abrevio y entrecomillo: a) sobre los autores de la rebelión: Los ejecutores de los presuntos hechos delictivos (de rebelión) no eran una muchedumbre contra el Estado para tomar sus centros de poder, (…) sino “sujetos que ocupaban legítimamente los poderes constitucionales y legales”; b) sobre el uso de violencia: en el contexto citado, “la violencia física sólo se utilizó en algún tránsito puntual de la línea de ruta que se habían marcado (los ejecutores) (…) sobre todo para realizar el referéndum de independencia”; c) sobre la intensidad de esa violencia: si el Gobierno español hubiera destacado a un número mayor de agentes de policía, “es muy probable que todo hubiera acabado en una masacre”.
En definitiva, y en un alarde muy osado de síntesis, los jueces alemanes hubieran atendido la euroorden si esta masacre se hubiera materializado. Materialización que, oh no casualidad, hubiera satisfecho las ansias de sangre de los perversos independentistas. Pues estamos buenos con el tribunal alemán. Ni que estuviera imbuido del totalitarismo nazi exhibido por la organización criminal que pretendía desgajar a Cataluña de España, fracturar la unidad del Estado, enfrentar a catalanes contra catalanes y contra los españoles todos y ciscarse en los valores e intereses de la ciudadanía de nuestro país.
Una suprema doble de Auto en alemán. A ver si se enteran de lo que es fundamentar una resolución judicial.