El impacto que Internet tiene en nuestras vidas es tan grande que no hay actividad, profesional, laboral o lúdica, que no pase por este mundo nuevo al que hemos llegado hace tan poco tiempo y en el que nos hemos instalado como si existiera desde siempre. Internet ha entrado en nuestras vidas para quedarse y son pocas las actividades cotidianas, tanto de trabajo como lúdicas, que no puedan realizarse a través de la red de redes.
La oferta para llenar nuestro tiempo de ocio se ha multiplicado con Internet y una de las modalidades favoritas de millones de personas en el mundo es el casino, que se ha puesto de moda, en gran medida por la seriedad con la que se trabaja desde las distintas empresas que ofrecen estos servicios.
Vaya por delante que el jugar en un casino, bien sea en el tradicional casino físico o bien de manera online, es una diversión que debe ser entendida siempre como un espacio de ocio, una manera más de llenar nuestro tiempo libre de una manera lúdica. Si además ganamos, mucho mejor, porque a la diversión añadiremos entonces el placer de haber sacado una ganancia económica.
Jugar online es algo bastante simple y sencillo. Tan solo precisamos tener un ordenador con conexión a Internet. La gran ventaja de hacerlo de esta manera es que no precisas desplazamientos y no es nada complejo entrar en la dinámica de cualquiera de los muchos juegos que se nos ofrecen.
Entre los juegos más populares en los casinos están la ruleta, el blackjack, las tragaperras o el póker.
Sin embargo, no son pocas las preguntas que asaltan a los potenciales usuarios de esta actividad lúdico-recreativa, en especial en lo que se refiere a la seguridad y formas de pago.
Actualmente los métodos de pago online son cada vez más seguros y ofrecen una total garantía y confianza a los consumidores. Las empresas de juegos online son un claro ejemplo del uso de estos métodos en estos momentos.
Los casinos virtuales han tenido que romper la barrera del miedo que producía en los aficionados al juego el tener que recurrir al pago a través de Internet. Lo han conseguido ofreciendo métodos seguros de pago, cómodos y fáciles de llevar a cabo.
La primera normativa que debe cumplir un casino online con respecto al método de pago online es asegurar la privacidad sobre los datos personales que los usuarios depositan en su web. Para ello los casinos online ofrecen novedosos sistemas de encriptación que salvaguardan y garantizan la intimidad de sus jugadores.
De esta manera, los casinos online ofrecen la posibilidad de depositar saldo o retirar las ganancias cómodamente sin acudir a entidades bancarias, desde cualquier parte del mundo y a cualquier hora a través una de una operación rápida, sencilla y segura.
De entre los diversos métodos de pago que ofrece el comercio online y más concretamente, los casinos online para depositar el saldo que se va a utilizar, el más utilizado es la tarjeta. Según el estudio publicado por IAB Spain y realizado por Estudio Ecommerce hasta el 88% de las personas que realizan pagos online lo hacen utilizando como método de pago una tarjeta. Y es que en la actualidad muchos comercios online utilizan sistemas de seguridad que hacen imposible que se filtren los datos de las tarjetas de los usuarios.
Además, son muchos los aficionados al juego online que utilizan plataformas de pago como PayPal o Skrill. Este sistema permite que una vez que realices un pago a través de alguna de estas plataformas, la cuenta bancaria personal quede cómodamente vinculada a la del casino online. Lo que ofrece este sistema de pago es precisamente eso, la posibilidad de hacer un ingreso en dicha plataforma a través de tarjeta o trasferencia y utilizar dicho saldo en cualquier comercio online. Esto supone una gran ventaja para los jugadores online, que no tendrán que introducir constantemente los datos cada vez que quieran disfrutar del juego. Además de que el comercio online o casino no sabrá nunca los datos de sus usuarios, tan solo conocerá una cuenta de correo electrónico.
Además, existen otros métodos de pago online, como la trasferencia bancaria o el teleingreso.