(Texto: Círculo Sectorial del Patrimonio Cultural) Ante la conclusión de las obras de las instalaciones que Adif construye en Huelva, creemos necesaria la planificación y el futuro concernientes a las infraestructuras que han de cesar en su actual función.
Este documento no va a profundizar en la situación de la antigua Estación de Sevilla, proyecto de estilo neomudéjar de Jaime Font, entre otros, e inaugurada en marzo de 1880. Tan sólo aprovechamos para recordar que en el año 2003 fue estudiada su estrecha relación con el muelle cargadero de mineral de la compañía de Rio-Tinto, al producirse la incoación de este muelle como Bien de Interés Cultural.
Ante las alegaciones de RENFE por tratarse de un inmueble en servicio público gestionado por la Administración del Estado, en dicho documento se especifica que la estación no era el inmueble a catalogar si bien no podía excluirse del entorno de protección del muelle por la incuestionable relación histórica entre las dos estructuras.
Dicho esto, entendemos que al cesar esta actividad ferroviaria en la antigua estación es de esperar que se reabra este debate y pase a estudio su catalogación expresa como BIC. En cualquier caso, actualmente la antigua estación de la línea Huelva-Sevilla se encuentra inscrita en el catálogo del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico y en el Catálogo de edificios, elementos y espacios urbanos de valores singulares de Huelva en grado P1.
En este sentido, defendemos la necesidad de restituir algunas zonas alteradas del interior como son el cerramiento de cubiertas, diversos revestimientos y construcciones añadidas (inadecuados según el Plan Especial n.º1) y, en el exterior, la supresión del cerramiento edificado sobre el perímetro de las pérgolas de acceso a los andenes, y el remozamiento de posibles daños en fachada, cubiertas y carpintería exterior; además la recuperación de algunos espacios aledaños como son la plaza de acceso —actualmente colmatada de vehículos— o el edificio del antiguo Pabellón de Desinfección y Atención Sanitaria.
Pero es nuestra intención en este escrito el proponer el aprovechamiento de otra parte de las instalaciones que no cuenta con precedentes en Huelva. Se trata de parte del muro o tapias de cerramiento de las vías de la línea ferroviaria. Ésta fue inaugurada el día 13 de marzo de 1880 tras su construcción por la Compañía de Ferrocarriles de Madrid-Zaragoza-Alicante (MZA), autora también de infraestructuras tan conocidas como la estación de Atocha de la capital madrileña.
Los elementos a considerar son las pilastras de fábrica de ladrillo cocido de este cerramiento, de las cuales existían hasta hace unas semanas un total de 43. Son las mismas pilastras que conformaban la plaza original frente a la estación de trenes, y su estilo arquitectónico es análogo al presente en otras edificaciones catalogadas como pueda ser el cerramiento de La Casona (Alameda Sundheim, 9 y 11), a escasos metros de este espacio.
Por desgracia, el muro de las vías vio sustituida la reja de hierro que contenía y posteriormente, hacia 1972 fue derribado en toda su sección hacia la avenida de Italia para el ensanche de la calzada de la misma. Por este motivo, en la actualidad tan sólo contamos con las pilastras relativas a una sección de muro de aproximadamente 215 metros dispuestos a lo largo de la avenida Escultura Miss Whitney que se encuentran asentadas sobre la misma cantidad de metros de un valioso basamento de granito. No obstante, en las últimas actuaciones realizadas se han demolido una buena parte de estas pilastras, contando en pie a finales de la semana pasada un total de 22.
El Círculo del Patrimonio Cultural quisiera poner en valor las satisfactorias experiencias que desde otras ciudades se han llevado a cabo a lo largo de los años, a través de la reintegración urbana de distintos materiales y elementos que, no sólo han servido para una buena gestión de los recursos, sino para conservar pedazos de la historia local que hoy suponen un valor añadido a los conjuntos de los que forman parte, a los que dotan de un relato. Desde el punto de vista contemporáneo, esta práctica se alinea con las nuevas tendencias hacia procedimientos de economía circular, y es que son las ciudades a la cabeza de la vanguardia aquellas que abren el camino de una economía más sostenible y respetuosa con el medio en que se desarrolla la actividad humana. Defendemos una Huelva a la cabeza de estas buenas prácticas.
Las vías de la línea Huelva-Sevilla discurren en torno al proyectado Parque del Ferrocarril. Entendemos que estas pilastras son parte indisociable del patrimonio protegido en torno a la antigua estación. Celebramos la inclusión en el proyecto de estructuras como el antiguo depósito de agua y otras dependencias ferroviarias, aunque somos contrarios a la pérdida de las pilastras como resultado del derribo de este muro por entorpecer en los espacios y dimensiones previstas en el proyecto de El Ensanche. Por tanto, nuestra propuesta pasa por permutar esa demolición por el desmontaje controlado de las pilastras —previo estudio técnico— para su reubicación en otros espacios públicos de especial relevancia de Huelva. (tras su retacado, consolidación y restauración). Al cegar el espacio entre pilastras se perdió el peto y las albardillas, sin embargo se conservan las robustas basas de granito que actualmente sostienen el muro. Entendemos que la nueva ubicación que proponemos debiera ser fruto del análisis y el acuerdo, pero no quisiéramos dejar de exponer algunas posibilidades a modo de ejemplo:
Cerramiento del Parque Moret, el cual no cuenta con vallado ornamental más que en un tramo en su fachada a la avenida de Santa Marta. Con una separación entre pilastras de 5 metros, el material recuperado abarcaría unos 215 metros del perímetro del parque, lo cual podría cubrir, por ejemplo, buena parte de la fachada este, situada en la avenida de la Cinta.
Destacamos experiencias conocidas como la del cerramiento del Parque del Retiro (Madrid), el cual fue efectuado en fases con distintos diseños. Conocido es el entronque del vallado en espacios tan concurridos como el entorno de la Ronda de Atocha e inicio del Paseo del Prado. Otro ejemplo lo encontramos en Aranjuez, con la restauración de pilastras (e imitación de algunas irrecuperables) para el vetusto Monumento de las 12 Calles.
Cerramiento norte del yacimiento arqueológico del Cabezo de La Joya por la calle Fray Junípero Serra. Estamos al tanto del Plan Especial del Cabezo de la Joya actualmente vigente, sin embargo, entendemos que se trata un plan caduco debido a los cambios en el paradigma urbanístico de Huelva en los últimos trece años. Un planeamiento semejante no debiera considerarse para el que es uno de los yacimientos más importantes de Europa. Pero posicionamientos aparte, entendemos que es indiscutible que el mundo de hoy no es el de hace dos lustros, y que estos años han dado una lección hacia la necesidad de un cambio de modelo económico y político. En el pleno municipal de enero de 2016 fue aprobado el reforzamiento de los cabezos de la ciudad como monumento natural, por lo que ante la inminente revisión del PGOU de Huelva parece lógico pensar que el Plan Especial del Cabezo de la Joya no tiene futuro en esta ciudad. Este círculo piensa que el recinto debiera ser respetado como parque arqueológico, y el uso de las pilastras de la línea ferroviaria como cerramiento norte de este parque nos parece adecuado tanto por la superficie a cubrir como por el enriquecimiento de este espacio.
Por el presente, solicitamos a Adif, como promotora de las obras de demolición y nueva ordenación, y al Ayuntamiento de Huelva la detención inmediata de la demolición de estas pilastras, el estudio del material aún recuperable (pilastras y piezas de granito) y la eventual comunicación con este grupo sobre la temática planteada. Así mismo, conocer el destino de las piezas pétreas ya retiradas. Entendemos que Huelva necesita sumar recursos económicos y culturales, y no la pérdida sistemática de estas posibilidades que abocan a la ciudad al estancamiento. Otros espacios podrían acoger estas piezas, nosotros sólo hemos propuesto algunos por su necesidad de cerramiento ornamental y por la representatividad de los mismos en nuestro entorno urbano.