(Texto: Paco Velasco) La moción de censura que se debate esta mañana invita a discernir. Es toda una operación de ánimo que, sin embargo, se acompaña con una buena dosis de raciocinio.
Desde mi punto de vista, Rajoy ha cometido errores imperdonables. El problema es que si distinguimos a Rajoy de Sánchez, el presidente sigue ganando por goleada. Mariano es, con las manos en los bolsillos, un hombre capaz. Pedro Sánchez no pasa de un filibustero que aprovecha rendijas para colarse. Tan pirata político que navega en el bajel de la moción entre desvergonzados independentistas, herederos políticos de ETA, y señoritingos podemitas. El lastre de cubierta obliga a echar el ancla y a encallar.
Servidor confía en que Ciudadanos y PNV no se sumen a la orgía de destrucción de España que se está gestando entre palos y garfios en un navío que iza la bandera de la muerte. Servidor anhela, incluso, que, una vez los piratas caigan reos de su propia inanidad, los de Rivera y los de Urkullu intimen a Mariano para su dimisión inmediata. A continuación, que Soraya convoque elecciones. Elecciones que eviten que el corsario de Villabellota registre una nueva moción de censura.
Seamos razonables. Envainemos las ganas de poner en la calle a Rajoy. Eso, hoy. Mañana, elecciones inmediatas. El país no está para funambulismos políticos que dañan la economía, el empleo, las pensiones y el bienestar general.