(Texto: Paco Velasco) Es sabido que el Psoe posee la exclusiva mundial del adoctrinamiento político y de la propaganda agitadora. Incapaces de crear riqueza, levantan concertinas que destruyen la verdad y el libre pensamiento. Maestro Ciruela en estas artes fue el malhadado ZP y alumno aventajado el mal advenido PS. De ahí que la prensa afín se revuelque en lo de la (des)Memoria (a)Histórica y la extienda hasta la náusea.
Las ejecutivas provinciales del Psoe desarrollan las consignas del momento. Todas pasan por “leña al mono”. El mono es la derecha. Los surtidores de leña se congregan en torno a la izquierda totalitaria, inculta y desencajada. No cabe duda, por consiguiente, que si el recuerdo se centra en la guerra civil, ya se conoce quién es el único culpable de su estallido, quiénes los asesinos de la contienda y cuáles son los herederos de los vencedores en el conflicto bélico. Ellos, los del recordatorio para fomento del odio, son los buenos. Maniqueísmo infame por pernicioso. Así se escriben la historieta, el libelo y el pasquín. Sin embargo, eso no es historia ni siquiera un elemental curso sobre esta ciencia social.
Actuaciones como las presentes conducen a reacciones como las que habrán de venir. A falta de rigor, posverdad. En ausencia de análisis, manipulación. Ante el abandono de la realidad, vacío. En defecto de cultura, destierro de la educación. Historiar al modo soviético es la moviola de sucesos sangrientos que no deben repetirse.
Los sucesos de Cataluña se hallan entroncados en la misma raíz de agitprop que ilustrara Goebbels y que reedita el Psoe cada vez que conviene. Ojo con la memoria subjetiva que es hermana de la mentira y con el lenguaje literario que, en palabras de Paco Umbral, ha perdido la memoria colectiva. Mucho ojo. Que, en vez de conciliar, la izquierda mete el dedo envenenado en la herida abierta.