Este jueves se ha presentado en la UNIA el Encuentro “Inteligencia artificial. Fundamentos y aplicaciones”, que dirige el profesor de la Universidad de Huelva, José Manuel Andújar. En la rueda de prensa de presentación han participado además, profesor Agustín Jiménez Avello, catedrático de Sistemas y Automática de la Universidad Politécnica de Madrid y experto en la materia; María de la O Barroso, directora del secretariado de la sede de La Rábida y Juan José Blanco, Jefe del Área de Relaciones Institucionales de la Autoridad Portuaria, entidad que financia este Encuentro.
“La inteligencia artificial tiene presente”, decía el profesor Andújar y ponía como ejemplo las dos aplicaciones móviles como son Siri o Cortana a las que les hablamos “como a un amigo”, con una lengua natural, es más, aprenden a entender nuestra entonación, el ritmo del habla y la semántica, incluso llegan a hacer análisis morfológicos del lenguaje que utilizamos. “Ambas aplicaciones son ejemplo de como la inteligencia emocional funciona en el presente”, ha resumido.
Tanto Andújar como el profesor Jiménez Avello, han dibujado un panorama que, aunque parezca futurista, es según ellos, el presente. “Cada vez estamos más virtualizados. Llegaremos a tener un profesor virtual y haremos el aprendizaje cada vez más personalizado, sin aulas ni horarios. Haremos prácticas de laboratorio sin salir de casa. Se calcula que para 2030 los traductores de las máquinas harán traducciones mejor que los propios lingüistas. Todas las cirugías estarán hechas por máquinas y se calcula que por 2050 las máquinas se harán a sí mismas, haciendo el siguiente modelo más inteligente que el anterior. Por tanto, podemos llegar al concepto de inteligencia recursiva que nos lleva a la singularidad económica y a qué comience una época de pos-humanos, que no se parecerán en nada a los que somos hoy en día”, han vaticinado.
En cuanto a cómo está España en esta materia, en relación con otras grandes potencias como pueden ser Japón y Estados Unidos, han comentado que España tiene un nivel de investigación equiparable a los mejores países en este sector. Sin embargo, el problema es la transferencia de esa información al proceso productivo. Estamos entre las diez potencias mundiales, otra cosa es como se financia esa ciencia”, apostilla Jiménez Avello.
Como conclusión manifiestan que “si España hubiera invertido desde los años 70 lo mismo que el resto de países de la OCDE, nosotros ahora mismo tendríamos un nivel de renta un 30% o un 50% superior al que tenemos”.