(Texto: Colegio de Arquitectos de Huelva) La reciente sanción europea a municipios por gestionar mal sus aguas fecales, la insuficiente rehabilitación de las playas tras el temporal de febrero, la incertidumbre de recuperación y riesgo latente de incendios en espacios protegidos, demuestran una inconexión entre Administraciones que hace desvanecer la imagen internacional de los paisajes símbolos de nuestra provincia.
El Colegio Oficial de Arquitectos de Huelva (COAH) se une al clamor popular que reclama la acción definitiva de las Administraciones ante los problemas acuciantes y estructurales que sufre nuestra Costa Onubense y Espacios Forestales Protegidos y principales. Esta implicación requiere globalidad y transversalidad en actuaciones que no han de ser puntuales a modo de ejecuciones urgentes e improvisadas sino formar parte de políticas definitivas de interacción de competencias estatales y autonómicas en materias de dinámica del litoral (Costas y Puertos del Estado, dragados) y Urbanismo y Ordenación del Territorio (Comunidad Autónoma Andaluza).
Elevamos nuevamente la voz de alarma, ante los últimos episodios conocidos en la provincia, tales como la sanción que la Unión Europea acaba de imponer a España, por una mala gestión de aguas residuales, con municipios onubenses afectados en este sentido, como Matalascañas (Almonte) e Isla Cristina. También Mazagón. Esto es inconcebible y supondrá sanciones millonarias por la desidia de las Administraciones competentes. Es ineficaz la reacción demostrada ante el temporal devastador de finales de febrero, aún sin remediar sus efectos por quienes tienen el deber de hacerlo, a pesar del tiempo transcurrido y de que el período estival está en su punto medio, con trabajos de última hora apresurados en primera línea, dando una imagen negativa para la Huelva con la proyección turística que aspiramos potenciar definitivamente, para el despegue económico y empleo derivados.
En un año los paisajes onubenses se han transformado y degradado profundamente sin reacción merecida en tiempo, recursos e iniciativas, que han de ser más transversales y ampliadas. Incendios forestales de junio 2017, pasando por temporales en costa de febrero 2018, hasta la insuficiencia de remedios para el verano 2018. Nuestros idílicos cotos y playas, evaluados entre los mejores del mundo en prensa y turismo internacionales, deslucen ahora como ninguna retina de nuestros mayores haya podido comparar jamás. La pregunta clave es quién y cuándo toma el mando. Cuánto tiempo más se necesita para convertir en definitivo el desvanecimiento de nuestros paisajes y núcleos, la ilógica de un proceso acumulativo de pérdidas que queremos evitar, pues nos negamos a renunciar a nuestras aspiraciones de proyección futura.
En el Colegio Oficial de Arquitectos hacemos nuestro el llamamiento onubense: Resultados más que gestos. No basta con anunciar, exigimos completar hasta el final las promesas para el corto y el largo plazo de las Administraciones. Trabajando codo con codo, con dictámenes rigurosos que entrelacen cambio climático con acciones evitables, con planificación intersectorial previsora y de prevención de riesgos futuros, en la búsqueda de realidades palpables, demostrables, obras a ejecutar en mar y tierra, cuantificación y programación. Salvando los juegos de tronos exhibicionistas de visitas apresuradas y mediáticas en nuestros espacios, nuestras playas, nuestros enclaves, nuestro territorio. Primemos que nuestros hijos disfruten las mismas puestas de sol que disfrutaron nuestros mayores.