(Texto: Paco Morán) Óscar Carazo fue y es el máximo responsable del Decano a la hora de luchar y convencer al técnico y jugadores de que el Recre es la mejor opción para jugar al fútbol. Y lo ha tenido que hacer eludiendo la falta de credibilidad que el Decano tiene ahora en el mercado. No es nuevo decir aunque nos duela, que en los últimos años en el Recre, los temas burocracia y políticos han superado a lo deportivo en toda la prensa y grada.
Los impagos, los embargos, la falta de liquidez han corrido como la pólvora por los mercados futbolísticos nacionales cuando se ha hablado del Recre.
Y esto ha sido un hándicap para el jovencísimo director deportivo del Decano, del que el mundo el fútbol habla como un hombre que echa veinticuatro horas al día en su trabajo. Un enfermo del fútbol que ha sabido hacer una plantilla de la que la afición espera superar la clasificación de la pasada temporada.
Pero considero que el gran éxito de Carazo ha sido el de firmar a la principal estrella del Decano. Se llama José Maria Salmerón y para mi es el eje básico de un proyecto que dependerá su funcionamiento del dueño del Recre.
Sea Krypteia, el Ayuntamiento o mi prima, si empleados, técnicos y jugadores no cobran el día uno de cada mes, de nada servirá el trabajo de Carazo y Salmerón.
En el Recre ha habido estrellas en los despachos como lo fue Michael Dumois; en el terreno de juego como Uche y en las secretarias técnicas como Pepe Rivera. A este punto y hora y ante la anarquía burocrática de saber qué es lo que va a ocurrir en el futuro inmediato con la venta, sólo tengo la ilusión de ver en el Recre a un extraordinario entrenador y a un secretario técnico de gran categoría.
Lo de pagar los días uno de cada mes ya no corresponde a ellos.