(Texto: Federico Soubrier) Que dijera Haley Joel Osment en su sobrecogedora interpretación de la película “El sexto sentido”. Yo también los veo, muertos políticamente, a los dos partidos, a la cabeza bicéfala que se encargó de hundirnos legislatura tras legislatura en un complot extraordinariamente urdido.
Me basta con echar un vistazo a lo que están abonando la banca y las empresas que mueven nuestro cotarro político para ordeñar con más facilidad la famélica vaca nacional.
Entre el master que acabará hundiendo al presidente del PP, que hay que ser necios para colocar una calcomanía de la señora que cayó estrepitosamente por el mismo motivo y alguno más, y nuestro ilustre presidente que se declara republicano a la vez que defensor a ultranza de la monarquía, los bicéfalos se están haciendo el haraquiri.
Espero que el proyecto de Erasmus euroafricano de Borrell no se cruce para nada con el nuevo trabajo de la señora de Pedro Sánchez en el IE África Center para el desarrollo de proyectos de acción social en el continente africano, emprendimiento e innovación, sería demasiado.
Curiosamente todo el que reside en La Moncloa queda abducido, los programas electorales, las promesas y los ideales deben desfilar fantasmagóricamente atravesando paredes cuando dan las doce de la noche para vagar hasta la eternidad por los pasillos en un “séptimo sentido”, mientras de día pululan por el congreso los zombis chaqueteros ansiosos de puertas giratorias.
Menuda bobada imponerle medallitas a todo un gobierno que ha caído por culpa de la corrupción.
Ahora los medios, que son casi enteros de las grandes multinacionales, se están dedicando a preparar el terreno para la ultraderecha, a fin de solidarizarnos con Italia, Hungría, Polonia y por poco Francia, para el placer del prepotente Donald Trump que ha colocado un embajador en Alemania idóneo para alabar las tendencias ultras europeas.
Estoy totalmente de acuerdo en que hay grupos de inmigrantes que se están pasando tres pueblos, pero de ahí a los planteamientos de usar armas reglamentarías con munición real para impedir su entrada, que es lo que se está cociendo en las redes, no sé quién está más loco. Imaginemos que del tema de “la manada” le echásemos la culpa a todos los sevillanos, sería una estupidez del mismo calibre.
Comprendo que siente mal que cobren ayudas, a veces incluso superiores a las de algunos españoles, el caso es que ningún español debía de necesitarlas, ya dice la Constitución que todos tenemos derecho a vivienda y trabajo digno. Los que se están llevando el dinero son los de arriba y no los de abajo, parece que no lo tenemos claro.
Nadie se plantea echar a los inmigrantes ingleses que destrozan nuestras costas Mediterráneas molestando a nuestra gente y a nuestro turismo, ni impedir que venga los ultras de diferentes países a provocar el miedo cuando hay partidos de futbol, llegando a ocasionar el cierre de algunas escuelas y que muchos ciudadanos se queden en sus casas en un consentido arresto domiciliario.
Con los medios, al igual que con los medicamentos, siempre conviene ojear el prospecto, por si pueden estar contraindicados para nuestro estado de salud mental.