Tras un calvario judicial de más de seis años, el juicio definitivo contra un celador del hospital del distrito de Clichy, en París (Francia) por presuntos abusos sexuales a una onubense, Marta Leando, ha quedado fijado para el próximo 17 de septiembre, por unos hechos que sucedieron en la noche del 21 de enero de 2012.
La joven, nacida en Huelva, criada en Aljaraque y que actualmente vive con su pareja y su hija en Villablanca, nunca pensó que un viaje de estudios Erasmus fuera a golpearle la vida con un cúmulo de peripecias judiciales de las que no acaba de escapar, después de seis años desde que pusiera una denuncia por los abusos sexuales que sufrió por parte de un auxiliar de enfermería en un hospital de París.
Marta tenía entonces 24 años y estudiaba Psicología. Decidió hacer el Erasmus en París y hasta allí se fue sin saber que en su vida se iba a cruzar un auxiliar de enfermería del Hospital de Clichy, donde fue ingresada tras sufrir una crisis de ausencia, debido a que padece un tipo de epilepsia. Era el año 2012.
En el hospital fue atendida e ingresada, quedándose en estado de semiinconsciencia. Fue eso lo que debió llevar al auxiliar de enfermería L.M. querer abusar de ella ya de madrugada. Lo que no sabía es que Marta había recuperado la consciencia y se enteraba de todo lo que pasaba a su alrededor.
Marta relata cómo al ser descubierto huyó de inmediato y ella montaba un gran escándalo, cuya consecuencia fue que le llevaron a varias personas para que identificara al agresor, lo que ocurrió nada más verle la cara de nuevo. No tuvo ni una sola duda: «Ha sido él», gritó.
Puso la correspondiente denuncia e incluso realizó ante la policía un careo con el agresor. El juicio en un juzgado de Nanterre no se vio hasta cuatro años después, en febrero de 2016. Explica que fue emocionalmente muy complicado volverse a enfrentar a su agresor, además de tenerse que desplazar a París. Pero cuando ya creía que la historia iba a cerrarse y a olvidar este capítulo de su vida, se encontró con que el juicio se tenía que suspender porque no había intérprete.
En septiembre de 2016, ya embarazada de su hija, volvía a ser convocada para la vista del juicio suspendido. Y otra vez volvió a suspenderse, esta vez por un problema que ella no alcanza a explicar. Se pospuso el juicio para febrero de 2017, para entonces su hija ya tenía dos meses, y esta vez sí que hubo sesión. La sentencia no dejó lugar a dudas sobre la culpabilidad del agresor, que era condenado e inhabilitado para ejercer su profesión de auxiliar de enfermería en cualquier hospital público o privado. Además se le impuso una multa de 5.000 euros y un año de prisión, con lo que no iba a entrar en la cárcel al no tener antecedentes.
El condenado apeló la sentencia y la apelación debía haberse celebrado este pasado lunes, 22 de enero de 2018. Pero la vista se volvió a suspender y se ha pospuesto a septiembre de 2018, lo que ha llevó a Marta, cansada ya de tanto retraso, a querer denunciar lo que le está pasando con la justicia francesa.