(Texto: Paco Morán) Sigue el Recre en su línea ascendente al completar el primer mes de competición. Imbatido cuando han pasado por su calendario tres aspirantes a jugar liga de ascenso, ya lo habríamos firmado. Y es que esta temporada, al contrario de la pasada, hay un entrenador en el banquillo que sabe leer los partidos y modificarlos cuando es necesario.

Los cambios del último partido ante el Murcia eran tan lógicos que hubo coincidencia unánime al ver la rápida reacción de Salmerón. Y es que Pina sufría tanto con su adversario Héber Pena, que no pudo contenerse ante la cartulina amarilla que hizo reaccionar al técnico para sacarle del campo y colocar a Diego Jiménez.

Más reacción desde el banquillo cuando montó el doble pivote dando entrada a Traoré para frenar lo que se suponía sería un ataque en tromba del equipo local.

Y para rizar el rizo, buscó la velocidad de Carlos Martínez para salir a sorprender.

Que la estrella del Recre está en el banquillo, no lo dudo. Pero ya no sólo es así por lo que de él se ve cada día, sino porque su trato con el jugador denota el conocimiento propio de la categoría para sacarle el máximo rendimiento. Porque cabe reconocer que el Recre no tiene la mejor plantilla de la categoría. Óscar Carazo no ha podido competir con el Real Murcia, Cartagena o Melilla para hacer un mejor plantel. Las condiciones económicas de la entidad y la fama de moroso que tiene el Recre ha sido un freno para el director deportivo.

Salmerón sabe que tiene que trabajar con lo que Carazo ha podido darle. De ahí que amolda su forma de concebir el juego mirando las virtudes de la plantilla.

A día de hoy, el rendimiento en relación a coste de la misma está siendo positivo.

Salmerón es un hombre que sebe tratar a su entorno. Lo hemos podido comprobar el domingo en Murcia del cómo la afición coreó su nombre.

Sí. El Recre ha acertado en la contratación de Salmerón para sacar su proyecto adelante.

Paciencia y confianza es lo que todos debemos darle en este año y en el venidero. Porque si el Recre quiere volver al fútbol profesional ha de ser confiando en un proyecto deportivo a dos o tres años vista.

Con cinco entrenadores en dos años no se llega a ningún lugar.

Y otra cosa innegociable para consolidar ese proyecto es pagarles a los que trabajan los días uno de cada mes.