(Texto: Paco Velasco) La patita, no. La cabeza entera. El lobo del gobierno maldito del “tío de la no tesis” se va a merendar a los tres cerditos. Salvo que los lechones se parapeten entre consistentes muros. El lobo feroz y sus compinches están fortaleciendo la S.L. “Demoliciones España”. Frente a la misma, solo cabe respeto a la ley y firmeza para hacerla cumplir. O los españoles sacamos a la calle nuestra actitud perseverante y previsora, no exenta de inteligencia, o la astucia y la maldad de los feroces socios del desgobierno de Sánchez acaban con los españoles.
Las declaraciones de ciertos ministros del nuevo frente popular guerracivilista alertan sobre la deriva de los sucesos. Que Borrell se atreva asevere que Cataluña es una nación, constituye un aviso que no se debe desdeñar. Que Batet, ministra de Política Territorial, confiese la necesidad de que el Supremo deje en libertad a los golpistas presos, eleva la advertencia a categoría de chantaje. Y que, conforme pasan los días y el gabinete Tontigari se ve con la soga de las elecciones al cuello, las alertas devienen amenazas muy cercanas.
Con todo, estas amenazas, que podrían desvanecerse si alguien confiara en la señora Robles como ministra de Defensa, lindan con un futuro bélico cada vez más perfecto. Si doña Margarita se jactaba ayer de no vender bombas a países en guerra, hoy se come los proyectiles y mañana se santiguará si la orden es dejarlas en manos del secesionismo catalán de Torra y de la jauría de CDR y de Mossos independentistas.
La penúltima –pues la última paletada de tierra la dará el indecente autor de la no tesis doctoral- nos la proporciona la inefable Cunillera, Delegada –jaja- en Cataluña del Gobierno –un decir- del doctor –ni él se lo cree- don Pedro Sánchez Pérez-Castejón. La taimada política “proindepe” es la que ha enseñado la cabezota del lobo y ha puesto sobre el tablón de anuncio la cédula de identificación de la empresa DEMOLICIONES. La excelentísima señora es partidaria, dice con toda su mala leche, del indulto a los líderes independentistas. Ahora, también, la «doña» Calvo.
El asunto España se torna muy grave, muy preocupante. El caballo de Troya no es Podemos ni los partidos regionalistas vascos y catalanes. El caballo es un lobo y Troya es un gobierno. En este sentido, cualquier modificación o reforma que se realice en nuestro castillo constitucional habrá de ser analizado con el mayor esmero por los mejores arquitectos, ingenieros, tecnólogos y juristas de la madre patria. En caso contrario, la S. L. DEMOLICIONES nos lleva al enfrentamiento físico. Que es, en definitiva, lo que quiere el lobo y que es, en suma, lo que los cerditos deben evitar.