(Firma: Paco Morán) La semana acaba con un montonazo de noticias que han vuelto a desencantar a los aficionados. Y a todo esto, hay partido en San Fernando. Pero el gerente del Recre, Carlos Hita, al equivocar su previsión de las cuentas y el dinero, ha desencadenado toda esta oleada de impagos que están ahogando al Decano. Decía Hita que había dinero hasta diciembre, pero no ha llegado ni a mediados de octubre. Y eso que la entidad no ha pagado los casi dos millones de euros de préstamos vencidos que habían facilitado Eurosamop y Krypteia.

Sobre estos préstamos, hay un interés del 20% de demora más las costas judiciales que habría de pagar la entidad. Y la garantía que se guarda Krypteia es el embargo de la ciudad deportiva. Pero no acertó Hita tampoco en la previsión de lo que había en caja, dado que a los empleados ya se les deben casi tres meses, más las famosas nóminas de antaño. Y a todo esto, algunos jugadores no han cobrado nada desde que aterrizaron en Huelva.

Tal vez Hita, como mucho de nosotros, creyó las palabras del alcalde cuando dijo hace dos meses que estaban trabajando en búsqueda de patrocinadores para paliar la situación anómala. La típica frase de ‘estamos en ello’ ha vuelto a ser repetida por Gabriel Cruz en el día de ayer.

Ciertamente que cuando el aficionado me pregunta por la salida, yo al menos no la veo por ningún lugar. Y además de esto, se supo al final que la famosa aseguradora de Comas era una cortina de humo para tapar, que un exempleado del club, al que no le habían pagado nada había embargado las cuentas.

Venia mejor culpar a Comas que decir la verdad. La falta de transparencia es ya un clásico en la entidad desde la llegada de los políticos. Y la oposición ya se mueve. Podemos, llevará a pleno la pregunta que ya hizo hace unas semanas sobre la deuda real del Recreativo con el Ayuntamiento.

Jesus Amador, además preguntará que quien ha sido la persona que ha pagado a una empresa pública una deuda con Hacienda. Entiende el concejal que esto no se puede hacer de esa forma, como si esto fuese un kiosko. Y ya los jugadores están harto de aguantar los impagos y el tener que trabajar en unas instalaciones que no les permite entrenar ni tan siquiera tranquilos por miedo a lesiones. Se les ha acabdo la paciencia y no van  a callar.