Miguel Díaz Cruzado tiene el aspecto de haberse aprovechado de la vida, de haberla exprimido hasta dejarla cansada… quizá por eso el destino se ha cebado con él, aunque nos dota, generoso este dios del Hado, de la posibilidad de contrarrestar un cierto exceso de celo por su parte. Se inaugura este viernes 2 de noviembre una exposición en la “Sociedad Cultural Casino de Rociana”, en Rociana del Condado, que habrá de suponer la devolución de Miguel Díaz al panorama de la pintura contemporánea española tras unos años no desaparecido, no sin actividad, sino latente como un volcán dormido.
Miguel Díaz, nacido en Huelva en 1948, con 14 años obtiene el Primer Premio de Dibujo del Certamen Juvenil de Pintura de Huelva y a los 15 años Medalla de Bronce de Pintura en el Certamen Puerta de Hierro en Madrid, demostrando su precocidad; cursó estudios de pintura en la Escuela Santa Isabel de Hungría, en Sevilla, y la Escuela Masana, en Barcelona, donde trabajaría como dibujante profesional en la conocida empresa de publicidad CEDIGESA; a partir de ahí su vida es un ir de acá para allá pintando y viviendo de la pintura siempre fuera del sistema, porque su personalidad anarcoide le ha hecho rodar por Francia, Italia, Inglaterra, Portugal, Suiza, Holanda, Alemania, Marruecos, Santo Domingo, Estados Unidos, Cuba, México… Un accidente en el camino de Santiago en 2003 romperá esta dinámica itinerante, y abrirá en su vida personal y artística una cesura que ahora se debe cerrar.
Su talento, su ambición experimental y toda una amplia trayectoria nacional e internacional justifican la recuperación de su obra. El nombre de Miguel Díaz merece estar entre los representantes del Arte andaluz que nació con la dictadura infame y eclosionó en esa explosión social y cultural que fueron los años 80 en España; superviviente de aquella ola, su pintura y su espectacular dominio del dibujo no han parado de crecer en técnicas y profundidad.
Pintar el aire es el lema de esta exposición; porque, igual que en los textos (la Literatura es lo queda en nuestras mentes cuando cerramos un libro), los lienzos de Miguel Díaz exponen el espacio geográfico (en sus paisajes) o el geométrico (en sus dibujos) captando la realidad como la poesía verdadera: recreándola para una perspectiva renovada por parte de cada espectador, ahí están su clasicismo y su novedad. Miguel pinta el aire, pinta lo que no se ve: el observador se descubre disfrutando de la profundidad como si en vez de pintar hubiera trasladado al lienzo esas diferentes percepciones acumuladas, dotando de un entorno casi hiperrealista a lo retratado sin pretenderlo. De ahí que Miguel Díaz pueda ser encarrilado en esa tradición hispana de los “pintores de la luz”, maestro de las sombras, los claroscuros, de los volúmenes y el espacio, de lo hondo.
Se presenta ese mismo día de la inauguración, 2 de noviembre, a las 20.00 horas, en la “Sociedad Cultural Casino de Rociana”, una colaboración literario-pictórica del autor con el escritor Francisco Silvera (1969) que pretende revivir aquel apotegma de Simónides de Ceos: “La Poesía es Pintura que habla y la Pintura una poesía callada”; incluye esta publicación un amplio artículo homenaje a la pintura de Miguel Díaz y unas alegorías en prosa en torno a una selección de sus obras, muestrario de diferentes épocas y estilos.
1 comentario en «‘Pintar el aire’: Miguel Díaz expone su pintura en el Casino de Rociana»
No se pueden perder esta muestra de arte auténtico.