El relato de cómo sucedieron los hechos en el asesinato de la joven profesora Laura Luelmo, en El Campillo, realizado este miércoles en Madrid por los máximos responsables de la investigación no cuadran con el avance de la autopsia. Según este avance, Laura murió entre los días 14 y 15 de diciembre, es decir, entre dos y tres días después de producirse su desaparición.
Sin embargo, los responsables de la investigación han asegurado en rueda de prensa que creen que la muerte de Laura se produjo en las horas posteriores a la tarde en la que fue retenida por Montoya en su casa. La muerte, según la Benemérita, se habría producido entre los días 12 y 13. Este diferencia tan evidente ha sido explicada por los responsables de la Guardia Civil en que aún faltan los datos de la autopsia definitiva, pues lo que se ha conocido hasta ahora es un avance.
Los investigadores creen que Laura Luelmo murió la noche del 12 al 13 de diciembre, es decir horas después de ser arrojada por Montoya en el campo. Sin embargo, consideran que la autopsia definitiva aclarará con mayor exactitud este extremo. De lo que sí están seguros es de que la joven profesora no fue consciente de lo que le pasó a partir de recibir el golpe en la cabeza, lo que se explica por la posición de las piernas cuando fue encontrada. Laura no sufrió y tampoco debió sentir el frío intenso de la madrugada, si estaba viva no estaba consciente.