Al inicio del establecimiento y desarrollo del fenómeno de criptomoneda, muchos inversores y financistas eminentes, entre los cuales está Ray Dalio, el fundador del mayor fondo de cobertura mundial Bridgewater Associates, John Bogle, el propietario de la compañía de inversión The Vanguard Group, Carlo Messina, el presidente del gran grupo de bancos de Italia Intesa Sanpaolo, Joseph Stiglitz, el Premio Nobel de Economía, y Warren Buffet, el legendario inversor, consideraron la criptomoneda como “una burbuja especulativa”, que un día “se desinflaría o se rompería”. Con el tiempo se hizo evidente que la criptomoneda no puede “detenerse” durante mucho tiempo en la economía digital, porque puede ofrecer sólo la función de especulación en lugar de los mecanismos económicos reales. Actualmente, se puede enumerar fácilmente toda una serie de criterios que confirman plenamente la incapacidad y la vulnerabilidad de criptomonedas:
- falta de respaldo por activos reales;
- un bajo nivel de reputación, relacionado con el uso de criptomonedas en operaciones ilegales;
- una alta volatilidad y, en consecuencia, prever el cambio de precio se hace difícil, lo que crea grandes obstáculos para ampliar la criptomoneda en el sector real de económica;
- campos de uso limitados;
- un alto riesgo de perder llaves de hash de monederos y, como resultado, no hay posibilidad alternativa de restablecer el acceso a su criptomoneda;
- casos de fraude frecuentes.
En el espacio económico digital ya existen nuevos instrumentos que tienen características en virtud de las cuales, hoy día la comunidad propone llamarlas activos digitales. Por la investigación experimental ha sido determinado que el activo digital está basado en criterios y mecanismos únicos, gracias a los cuales cada podrá determinar qué es activo digital y qué es criptomoneda. Los criterios principales pueden ser los siguientes:
- disponibilidad del protocolo, en la base del cual funciona el activo digital y en el cual están determinados las reglas y condiciones de su uso;
- respaldo por propiedad o derechos de propiedad;
- procedimiento de digitalización, es decir, creación de la copia digital única del activo real con el derecho de propiedad de su uso registrado en el Blockchain;
- evaluación del activo real se realiza por especialistas altamente cualificados de rigurosamente según el método del país de su localización o su registro;
- disponibilidad de mecanismos para restablecer el acceso a los activos digitales y la posibilidad legal de heredarlos;
- posibilidad de usar en muchas actividades;
- garantía de la seguridad y contabilidad del activo real durante todo el período de existencia de su copia digital única.
Es sólo una pequeña parte de características del activo digital pero ella también subrayan su diferencia fundamental de la criptomoneda, y además revelan su potencial ilimitado de la aplicación del activo digital en la economía del formato digital.
Teniendo en cuenta la situación actual, los creadores de criptomonedas y tokens diferentes tratan de minimizar las tendencias negativas y llaman más a menudo sus criptomonedas y tokens “activos digitales”. Pero el cambio de nombre no va a dotar a ninguna de las criptomonedas existentes de propiedades reales del activo digital.
Por consiguiente, se hace claro que el activo digital es un nuevo concepto en la economía mundial, que es tan necesario para la transición de actividades y relaciones existentes a un nivel cualitativamente y tecnológicamente nuevo, debido a las tendencias actuales.
Las criptomonedas se están convirtiendo rápidamente en un cosa del pasado, incluso se puede decir con certeza que pronto no habrá criptomonedas. Los activos digitales y plataformas, que aseguran su funcionamiento, reemplazan las criptomonedas, y es por eso que se harán el motor de la nueva economía digital.