(Firma y fotos: Blas Miguel Hernández) La noche del pasado sábado con el Gran Teatro hasta la bandera tuvo lugar el XXXVI Pregón del Carnaval Colombino, que corrió a cargo del «cantaor» y carnavalero onubense Jeromo Segura Paredes, quien fuese presentado por su antecesor Antonio José Cabezas Reyes que le pasó el relevo. Jeromo dio una versión personal de sus vivencias en el carnaval onubense, concentrada en los seis carnavales o seis estaciones de alegría, tal como las denominó el mismo, en los que formó parte de señeras agrupaciones onubenses.
Así pues, trasladó a los asistente hasta la época del Provincial Colombino, comenzando su andadura con aquella agrupación que le enganchó y le metió el venenillo carnavalero, la comparsa de la peña Enrique Villegas de 1993 «Truco truqui trá», para seguir con la murgas de la peña «Nuevo Higueral», aquella que dirigiese Juan José Hachero Torrejón, «El ingles», bajo el nombre de «Con el arma a punto» y con la que alcanzó la final local en la edición de 1994 en su debut sobre las tablas.
A través de las coplas y de la aparición en escena de un elenco de viejas glorias carnavalescas que le acompañaron en el cante, fue envolviendo al público con las esencias de unos compases que aún perviven en el remuerdo del aficionado. Pasodobles de las comparsas «El tío del saco», «Cara a cara», «Al compás de mi tierra» y «El orfanato» vistieron el pregón y al pregonero, que lució distintos elementos de cada una de esas agrupaciones en su atuendo.
La emotividad vino dada con el recuerdo hacia los ya desaparecidos que estuvieron en su camino, el ya citado «Inglés», Juan Carlos Díaz Domínguez, para el que tuvo una especial atención y del que dijo que «personas como el nacen una vez cada cien años» y Manuel Cordero Fernández, musico y director de la agrupación en la que su tío y el mismo en 1998 llegó a formar parte, llegando a subir a Kiteria, esposa de Manuel Cordero, al escenario para que le bailase a son de fandangos que el mismo entonó.
Tuvo recuerdos también para su peña de La Colombina, para su mujer y sus hijas, una de las cuales es en esta edición Dama Infantil y a las que dedicó un fandango y un estribillo.
Cuando llegó el momento de ensalzar el Carnaval, invitó a tomar las calles, aunque de todo cuanto dijo he de señalar esta expresión: «No hay dos romerías de El Rocío, ni dos fiestas iguales….cada una tiene un sello propio…» El Carnaval Colombino tiene su sello, es como es y será como queramos que sea pero siempre único y distinto para bien o mal a los demás carnavales.
Con palabras de agradecimiento hacia las personas que hicieron posible el acto, se despidió dejando un pregón para el recuerdo fusionando Carnaval y Flamenco.