El alquiler o compra de unas oficinas está resultando cada vez más difícil. Y es que en algunas zonas de España los precios han ido aumentando paulatinamente como ya lo hicieran meses antes del estallido de la burbuja inmobiliaria allá por 2007.

Los alquileres suben, el precio de compra de inmuebles sube también pero los sueldos, sobre todo los de la gente joven, siguen sin llegar a un mínimo digno y los contratos, en su gran mayoría, continúan siendo precarios.

Entonces, ¿ya no hay crisis?

El 2014 fue el último año en el que el precio de la vivienda, por compra o alquiler, cayó. Después de ese año hubo una paulatina recuperación económica en la cual se crearon empleos y, por lo tanto, la gente pudo disponer de una mejoría económica. De hecho, en estudios recientes, se ha visto como durante el último trimestre de 2018, el crecimiento interanual registró un crecimiento del 5,8% en toda España.

En cuestión del alquiler: ¿hemos llegado a niveles previos a la crisis?

De manera general, el precio de compra de oficinas sigue por debajo del precio registrado en 2007. Pero cuando hablamos de alquiler la cosa cambia. Y es que lo que se pretende así es incentivar la compra de inmuebles y reducir los alquileres para mejorar el mercado. Cada vez más, tanto particulares como empresas, deciden trasladarse al centro de las ciudades para tenerlo todo más a mano y poder llevar una vida más práctica. Pero la falta de oferta y el aumento de la demanda han hecho que los precios de los alquileres suban.

Y aunque los expertos no se atreven todavía a dar una sentencia clara, el mercado inmobiliario ya muestra algunos signos de agotamiento. En Madrid y Barcelona, por ejemplo, los precios del alquiler de oficinas subieron menos durante la segunda mitad del 2018 que durante la primera. Parece que el mercado tiende a estabilizarse pero los cambios pueden ser muy repentinos y se pueden dar en un corto espacio de tiempo.

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