El alcalde de Lepe, Juan Manuel González y los familiares del homenajeado, el maestro José Toronjo, serán los encargados de descubrir el rótulo de la calle dedicada a título póstumo a quien ejerciera su profesión durante más de 25 años en el colegio Las Gaviotas de La Antilla. El acto de descubrimiento del mismo tendrá lugar el martes 5 de marzo a las 18.30 horas en el extremo oeste de la calle Delfín de la playa lepera.
El Pleno del Ayuntamiento de Lepe, celebrado el 31 de enero de 2019, aprobó la concesión de un rótulo en calle al maestro José Toronjo, distinción que fue recogida por su hijo José Alberto Toronjo durante el acto de entrega de los honores y distinciones de la ciudad de Lepe 2019 el pasado 28 de febrero, Día de Andalucía.
El maestro José Toronjo Martín (1937-2017), nacido en Villanueva de los Castillejos, estudió Magisterio en la Escuela Normal de Huelva entre el año 56 y el 59. Con notable vocación social aprueba las oposiciones de magisterio en 1961 y es destinado a la Escuela Rural de Tariquejos, más tarde a Minas de San Telmo -donde además de a los niños enseñaba a leer, escribir y las cuatro reglas a los mineros-. Y finalmente, tras pasar por Arromolinos de León llega a La Antilla con apenas 28 años.
En Lepe conoce a la que sería su esposa, Rosario Benítez, con la que se casa en 1968 fundando una familia de 5 hijos. En el colegio Las Gaviotas, que en aquella época era Escuela Unitaria, desempeñó la labor tanto de maestro como de director durante 25 años. Don José El Maestro, como era conocido en La Antilla, enseñó hasta a tres generaciones de alumnos y alumnas de la barriada de Pescadores, donde era especialmente apreciado y respetado, y donde era frecuente que comprara materiales escolares básicos al alumnado con más necesidades.
Por otro lado, también era práctica común que ayudara en gestiones administrativas a los pescadores o que ejerciera de representante de la barriada de Pescadores ante otras entidades públicas. En el año 1991 se traslada al colegio César Barrios de Lepe donde permaneció hasta su jubilación en 1997.Enamorado de La Antilla, confiaba en el desarrollo económico de esta playa y de su gente a través del turismo, de manera que en 1975 aprobó las oposiciones como Agente Oficial de la Propiedad Inmobiliaria, actividad que compatibilizó con la docencia durante toda su vida.