El artista urbano Jacobo Palos Wey, ha finalizado la ambientación de la Unidad de Cuidados Paliativos Pediátricos del Hospital Universitario Juan Ramón Jiménez. Su obra ha quedado plasmada en las paredes de la consulta y la sala de espera, con la recreación de un fondo marino donde se adentrarán los menores cuando asistan al centro hospitalario.
“Esta experiencia ha sido increíble”, ha declarado Jacobo Palos, “saber que durante unos minutos o un día voy a poder alegrar la vida a estos niños es maravilloso”. Al mismo tiempo ha mostrado su especial cariño al Hospital Universitario Juan Ramón Jiménez, con el que mantiene un importante vínculo emocional: “salvaron la vida a mis dos hijos, ambos estuvieron en la UCI neonatal recién nacidos”.
Con la decoración de los diferentes espacios, el centro hospitalario persigue contribuir al cuidado de las emociones de los pacientes y familiares, especialmente con los perfiles más frágiles. La creación de ‘rincones con corazón’ se contempla como una de las líneas del Plan de Humanización del hospital, habiéndose realizado múltiples actuaciones en servicios como Pediatría, Cuidados Paliativos de Adultos, Oncología Radioterápica o Paritorio, entre otras, apostando por una atención cada vez más personalizada y confortable.
El artista, que ha mostrado su predisposición para continuar ambientando otras áreas del hospital, es el autor del mural gigante del polideportivo de La Palma del Condado (Huelva) que optará el récord guinness, con deportistas de la talla de Rafa Nadal, Alberto Contador y Carolina Marín, entre otros, y ha decorado asimismo el centro de salud del municipio. Otras muchas obras se extienden por Sevilla, Salamanca y Toledo.
La Unidad de Cuidados Paliativos Pediátricos del Hospital Universitario Juan Ramón Jiménez, de referencia provincial, se creó el pasado verano con la finalidad de asegurar y garantizar una atención integral y de calidad a los menores y adolescentes con enfermedades crónicas incurables. Está atendida por una pediatra y una enfermera con formación avanzada en este campo, que coordinan asimismo la atención con los diferentes centros de atención primaria y hospitalaria de la provincia, así como centros hospitalarios de referencia.
Los cuidados paliativos pediátricos comprenden los cuidados activos del menor en situación de fragilidad y su familia, con una visión integral que aborda sus necesidades físicas, psíquicas y espirituales. Comienzan cuando se diagnostica una enfermedad irreversible, con independencia de que pueda tener una supervivencia prolongada hasta la edad adulta, acompañando al niño o niña y su núcleo familiar en los cuidados que requieran durante todo el tiempo.
En la infancia, las situaciones que requieren cuidados paliativos son distintas que en los adultos, están motivadas por múltiples enfermedades y la duración de dichos cuidados es variable y difícil de predecir. Cada día nos enfrentamos a más niños crónicos frágiles con patologías neurológicas, metabólicas u oncológicas que requieren de una atención especializada para abordar las numerosas dificultades que padecen, así como a dilemas éticos que se plantean en el final de su vida.
Por ello, este equipo de profesionales aborda las necesidades de los niños y niñas y adolescentes que lo necesiten y de su núcleo familiar de manera personalizada, ofreciendo una atención programada y continuada desde el diagnóstico de la enfermedad y durante las 24 horas del día, todo ello con independencia de dónde se encuentre (hospital, domicilio o institución).
De este modo, se trabaja en un modelo de asistencia compartida con la red de atención primaria y hospitalaria, en la cual este equipo actúa de referente en la provincia y coordina todas las actuaciones, prestando la asistencia más especializada. Todo ello siempre en estrecha colaboración con los profesionales de atención primaria, con los protocolos de coordinación para el funcionamiento más adecuado y ágil de esta estructura provincial
Todas estas actuaciones se enmarcan en el Plan Andaluz de Cuidados Paliativos, entre cuyos objetivos está mejorar la calidad en la atención a las personas menores con enfermedades que amenazan o limitan su calidad de vida.