(Firma: Paco Morán) Inevitable sentir la emoción del gol que daba la victoria al Recre ante el Sevilla Atlético. Inevitable perder la voz producto de la emoción que supone ver frente a mí a 2.000 personas que se habían comido tres años de penurias rezando por no bajar a Tercera División. Emocionado al ver tanto azul y blanco en gran ciudad deportiva del Sevilla.
Inevitable perder la voz al mirar a mi izquierda y ver a un joven chaval de 38 años que ha sufrido lo indecible desde su llegada a Huelva. Pero ha sabido Óscar Carazo ser fuerte y ahora, recoger el gran premio de su excepcional trabajo. Porque pase lo que pase a partir de ahora y sin haber logrado aún nada, yo ensalzo la figura del director deportivo del Decano. Y era inevitable oír a Pablo Blanco, una institución en el Sevilla, alabar el gran trabajo de nuestro director deportivo.
Y era inevitable la emoción al mirar al césped y ver como ese grupo humano de jugadores, cuerpo técnico y entrenador, recibían el premio de la emoción cuando han vividos horas, días, semanas y meses en la más absoluta soledad y con los bolsillos vacíos. Y era inevitable emocionase porque esos hombres han creído en ellos.
El grupo humano tal vez tenga pocos precedentes; pero que han vivido solos y sin apoyos los meses de agosto, septiembre, octubre, noviembre y diciembre. Porque yo sí que me acuerdo de que estos hombres estuvieron cuatro meses sin cobrar y a pasar de ello han demostrado ser lo que son. Por ello valoro tanto lo que están haciendo.
Y es inevitable emocionarse porque padres, madres y niños en la ciudad deportiva supieron ser pacientes sin decaer en el ánimo a pesar de ir perdiendo durante muchos minutos Y era inevitable no emocionarse al ver un excepcional partido del Recre analizado desde al perspectiva táctica de un equipo que supo saber jugar con el tiempo sin perder nunca la calma. Y porque el Recre hizo un gran partido.
Y es imposible no emocionase a ver a un chaval e Huelva, Alberto Quiles dando un auténtico recital sobre el césped. Fue una mañana de emociones fuertes de un Recre con cuatro patas (afición, jugadores, cuerpo técnico y director deportivo) que va camino de llevarnos por el sendero de la emoción en los meses de mayo y junio.
