El obispo de Huelva, José Vilaplana, ha presidido la solemne misa de Pentecostés que ha tenido lugar en la mañana de este domingo en el real de la aldea del Rocío. Vilaplana ha contado como concelebrantes con los capellanes de las hermandades filiales.
La misa ha contado con los sones rocieros del coro de la hermandad Nuestra Señora del Rocío de Sevilla y durante la homilía el obispo de Huelva ha recordado que «Hhemos llegado como peregrinos y estamos reunidos en este Pentecostés extraordinario, celebrando el Centenario de la Coronación de nuestra Madre y Patrona, e iniciando el Jubileo que nos ha concedido el Papa Francisco. Este acontecimiento no nos puede dejar indiferentes».
Además, ha pedido a los rocieros que «pongamos nuestra mirada en María. Ella es para todos nosotros modelo de santidad. Se dejó transformar por Dios, que la llenó de su gracia, hizo maravillas en su pequeñez y nosotros la contemplamos coronada de gloria en el cielo y coronada por el cariño de sus hijos aquí en la tierra».
Igualmente, les ha solicitado que mantengan su fe, «firme y resplandeciente, y pedidle al Señor, por intercesión de nuestra Madre del Rocío, que la aumente, para que reflejéis así la alegría del Evangelio. Seamos creyentes como María, a la que dijo su prima Isabel: “Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá”.
Blasco ha finalizado la homilía con una palabras del Papa Francisco: “Quiero que María corone estas reflexiones, porque ella vivió como nadie las bienaventuranzas de Jesús. Ella es la que se estremecía de gozo en la presencia de Dios, la que conservaba todo en su corazón y se dejó atravesar por la espada. Es la santa entre los santos, la más bendita, la que nos enseña el camino de la santidad y nos acompaña. Ella no acepta que nos quedemos caídos y a veces nos lleva en sus brazos sin juzgarnos. Conversar con ella nos consuela, nos libera y nos santifica. La Madre no necesita de muchas palabras, no le hace falta que nos esforcemos demasiado para explicarle lo que nos pasa. Basta musitar una y otra vez: «Dios te salve, María…»».
MISA DE TAMBORILEROS, ROSARIO Y SALIDA DE LA VIRGEN
A las 20.00 horas de este domingo tendrá lugar la misa de tamborileros, carreteros y coheteros y posteriormente, a las doce la noche, dará comienzo el santo rosario desde la plaza Doñana, con la presencia de la Hermandad Matriz y los simpecados de todas las filiales, finalizando con una solemne salve que contará con el canto del coro juvenil de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Huelva.
Ya de madrugada llegará el esperado momento, el salto de la reja de los almonteños y la salida en procesión para visitar a todas las filiales. Como es tradición, no hay hora, el salto de producirá cuando la Virgen llame a los almonteños y tampoco hay hora para la recogida, que se produce habitualmente al filo del mediodía del lunes.
