Emotivo e intenso lunes de pentecostés el que se ha vivido una vez más en la aldea rociera en un año marcado por el centenario de la coronación de la Blanca Paloma y la cercanía del traslado al pueblo de Almonte, una tradición que se produce cada siete años y que tendrá lugar el próximo 19 de agosto.
La noche se iniciaba a las 2.49 horas, momento en el que los almonteños saltaban la reja para echarse a hombros a su patrona y llevarla en volandas por las calles de la aldea en una procesión que se ha prolongado durante más de nueve horas.
Así, a las 12.27 horas, la Reina de las Marismas daba sus últimos pasos hacia la ermita arropada por un río de fe y devoción que, entre ‘vivas’ y palmas, la ha acompañado hasta el dintel de su ermita. Instantes después, la Virgen se giraba para mirar por última vez en la calle a su pueblo en esta romería de 2019 y adentrarse poco a poco en la oscuridad del Santuario, volviéndose a posar en su pedestal pasadas las 12.37 horas.
En esta romería la imagen de la Blanca Paloma ha lucido espléndida con un nuevo traje completo, realizado en el taller de bordados del jerezano Fernando Calderón. El Pastorcito viste a juego. El traje y el manto han sido donados por el propio bordador y la ciudad de Jerez de la Frontera y fueron bendecidos en el Santuario el pasado 4 de mayo. Las flores que acompañan al vestido, realizadas por José Manuel Vega, son amarilis, calas, iris-lirio, amapolas y flor de la jara. Todo en talco esmaltado.
También han estrenado la Virgen y el Pastorcito nuevas coronas. La del Niño, donada por la Hermandad Matriz, en representación del pueblo de Almonte, y la de la Virgen, realizada con las donaciones de los devotos de las hermandades filiales, no filiales y asociaciones rocieras. Ambas preseas han sido realizadas en los talleres de los orfebres Hermanos Delgado, de Sevilla.
Desde el pasado 31 de mayo, el paso de la Santísima Virgen lucía para esta Romería del Rocío unas bambalinas confeccionadas en tisú marfil tramado con liso de plata. La estructura de la parte exterior de la bambalina se compone de un festón en la parte superior enmarcado con un galón bordado en seda y hojilla de pasada y un entramado de hojas en seda de colores con disposición de roleos entrecruzados. Desde este festón parte un conjunto de guirnaldas y pabellones con flores aderezadas con seda de colores que van rodeando todo el conjunto. Estas piezas, aderezadas también con piezas de joyería con esmeraldas.
En cuanto al fleco, es de tirabuzón mezclando el mate y el brillo y los chorros de bellota salpicados. En la parte interior se dispone una leyenda bordada en cartulina cuyo texto dice: “La Virgen del Rocío no es obra humana. Primer Centenario de Coronación Canónica. 8 de junio de 2019”.