(Firma: Raúl Parrillo Sánchez y Miguel Ángel Vázquez Valle) Los Colegios Públicos Rurales (CPR) son centros situados en el ámbito rural, por lo que se caracterizan por presentar cierto aislamiento, tamaño reducido de los centros, escaso número de alumnos y alumnas, instalaciones, profesorado, etc.; distancias entre distintas sedes y la necesidad de realizar desplazamientos docentes, al estar formados por la agrupación funcional de varias escuelas rurales (unitarias, semiunitarias o incompletas) que, aunque situadas en distintas localidades o aldeas, forman un solo centro, desde el punto de vista de la gestión administrativa.
El sistema educativo está en una continua inestabilidad debido a los sucesivos procesos electorales que condicionan las acciones de gobierno por lo que cada vez se hace más necesario un pacto por la educación que dé estabilidad al sector educativo.
Se ha creado en los últimos tiempos una situación social de preocupación y miedo entre las comunidades educativas rurales por el mantenimiento de nuestras escuelas. Han salido en las redes problemas en la Sierra de Granada con centros que no tienen maestros/as suficientes, y se lee en diversos medios el temor del cierre de estos colegios de calidad en pro de colegios centrales masificados. Si a ello le sumamos la despoblación rural de España, nos encontramos con que los centros rurales somos elementos a extinguir.
Sin embargo, cuando estos centros apuestan por la innovación, por las nuevas metodologías, y ponen en valor sus fortalezas, son los mismos quienes mantienen las zonas rurales pobladas, y no solo lo mantienen, sino que además atraen familias con niños interesadas en este tipo de educación. Todo ello es fruto de trabajo duro, por parte del claustro, del equipo directivo y del apoyo de las instituciones, como los ayuntamientos de las diferentes localidades y la Delegación de Educación de Huelva.
En la escuela rural nos encontramos con un ejemplo de participación e implicación de toda la comunidad, lo cual, refuerza y enriquece la acción docente, implicada especialmente en trabajar por la igualdad en contextos de diversidad.
Los maestros que hemos decidido escribir estas líneas somos dos personas cuya trayectoria profesional se gesta en colegios públicos rurales.
Raúl Parrillo Sánchez es en la actualidad director del CPR ADERSA IV de las localidades de Cañaveral de León e Hinojales en la que lleva en el cargo diez cursos escolares. Anteriormente estuvo seis cursos, dos de ellos como jefe de estudios, en el CPR Adersa I que englobaba a Castaño del Robledo, Fuenteheridos y Valdelarco, y ejerció el curso anterior en el CEIP de Los Romeros, escuela unitaria en el que fue funcionario en prácticas y director.
Miguel Angel Vazquez Valle, director del CPR ADERSA 1, cargo que ostenta desde hace 4 cursos y los tres anteriores como Jefe de estudios, premio al mérito educativo en la dirección en el año 2018.
La red de colegios públicos rurales de la provincia de Huelva se completa con el Aderán I (Cabezas Rubias, Montes de San Benito y Villanueva de las Cruces), Aderán II (El Granado y Sanlúcar de Guadiana), Aderán III (San Silvestre de Guzmán y El Almendro), Adersa I (Fuenteheridos, Valdelarco, Castaño del Robledo y La Nava), Adersa II (Los Marines, Cortelazor y Puerto Moral), Adersa IV (Cañaveral de León e Hinojales), Tresfuentes (Alájar, Santa Ana la Real y Linares de la Sierra), Adersa VI (Campofrío y La Granada de Riotinto) y el CPR Valdelamusa-Santelmo.
Para escribir este texto hemos contactado con todos los directores y directoras de cada uno de los centros para conocer la realidad y problemática que pudiera existir. Todos los años nos enfrentamos a posibles reducciones de plantillas y unidades motivadas fundamentalmente por el descenso de natalidad y la permisibilidad de movilidad de los niños y niñas de estas localidades a otros centros educativos cercanos. En estas últimas semanas, estamos viviendo como la escuela rural se convierte en arma política, no podemos decir de nuestra provincia más que el balance del actual curso es positivo, los centros rurales no solo no hemos perdido unidades, sino que hemos crecido en alumnado y por lo tanto en unidades, se han corregido situaciones en desventaja que se venían produciendo años atrás.
Para ser concretos, en la provincia de Huelva este año solo un centro ha perdido unidades incluso ha habido centros como Aderan 1, Adersa 4 y Valdelamusa que han crecido en una unidad, lo que ha posibilitado el aumento de maestros y maestras y formación de equipo directivo completo en el caso del Cpr Adersa 4. Mención especial merece el caso de Adersa I que ha visto como crece en unidades y alumnado ya que hace apenas tres años (http://huelva24.com/art/84051/sos-del-colegio-publico-rural-adersa-1-) estaba luchando para no perder una unidad de secundaria, dos años después de haber perdido otra, unidad que ha recuperado en este curso. Han pasado de las 9 unidades que tenían en el curso 2014/15 a las 15 unidades que tenemos en el presente curso. Solo en el caso de Tresfuentes, ha experimentado pérdida de unidades en la sede de Alajar (dos concretamente) y ha conseguido aumentar una en la sede de Linares de La Sierra motivada por la disminución y aumento de las matriculaciones, respectivamente.
Sacar a la luz la problemática actual que viven algunos centros no hace más que resaltar las situaciones con las que convivimos en la escuela rural. Y estos problemas no son nuevos. Echando la vista atrás, en la última década, hemos vivido momentos difíciles que, en muchas ocasiones se han solucionado pero, desgraciadamente, en otros muchos casos han desencadenado en cierre de escuelas o unidades escolares.
Así, por ejemplo, el Adersa II vio como su sede de Castañuelo era fulminada a principios de la última década, el colegio de Los Romeros cerró sus puertas en el curso 2016-17, al igual que el de Cumbres de San Bartolomé y la sede de Valdelamusa. Anteriormente lo hicieron centros como el de Las Cefiñas o La Corte de Cortegana. El CPR Adersa Uno vio pasar su sede de Castaño del Robledo de tres unidades a una y perder la unidad de Secundaria en la sede de Valdelarco en los últimos diez años. Podríamos seguir con ejemplos de centros venidos a menos e incluso cerrados pero creemos que la ejemplificación resaltada pone de manifiesto los problemas a los que se enfrenta la escuela rural.
Ante estas problemáticas, diferentes partidos políticos se hacen eco y se usa como arma política en momentos de vulnerabilidad e inestabilidad social. En una rápida búsqueda en las redes, en el año 2016 el presidente del Partido Popular de Huelva, Manuel Andrés González, se desplazó a Jabugo para analizar la situación que se estaba viviendo con el cierre del centro de los Romeros. Allí manifestó públicamente que «este es un ejemplo más de la importancia que da la Junta de Andalucía y el PSOE a la educación y el trato que le dan a la Sierra onubense, donde también han cerrado otros centros como el colegio de Los Romeros, un cierre que se venía fraguando el curso pasado y que se ha consumado en el actual”.1
El pasado 7 de septiembre de 2019 la parlamentaria socialista onubense y secretaria de Movimientos Sociales y Diversidad del Psoe andaluza, María Márquez, criticó el cierre de 21 unidades, siendo el Condado (9) y la Sierra (7) las zonas más afectadas, “Es fundamental defender las escuelas rurales y la dignidad de la escuela pública en el ámbito rural y en los pueblos más pequeños”.2
La escuela rural es vital para la consolidación y crecimiento de los municipios. No cabe la menor duda. Apostar por ella, independientemente de ideologías políticas, es fundamental para no convertir a nuestros pueblos en lugares envejecidos con fecha de caducidad. Es evidente que la escuela rural es cara. Ratios bajas, maestros y maestras itinerantes, mantenimientos de edificios y servicios, etc. Pero el servicio de la escuela a los pueblos va más allá del trabajo que se hace con el alumnado. La escuela forma parte de la vida social, influye directamente en el fomento de la cultura del pueblo, ayuda a construir conocimiento compartido entre alumnado, docentes y familias. La red de colegios públicos rurales de la provincia de Huelva, trabaja de forma conjunta, realizando convivencias bi/anuales y realizando reuniones de trabajo de coordinación de forma mensual para compensar deficiencias y poner en valor fortalezas comunes. Los centros rurales de Huelva son ejemplo de trabajo en equipo, de lucha y de superación, no por ser pequeños son menos importantes, de hecho sus lemas hacen mención a ello: “En colegios pequeños, hacemos grandes cosas” o “si quieres llegar pronto camina solo, si quieres llegar lejos, caminemos juntos”, centros donde conviven Galardones de bandera Verde de Ecoescuela, bilingüismo, proyectos Erasmus K2, y numerosos premios y reconocimientos a una labor diaria.