El claustro del IES Saltés de Punta Umbría ha dado un paso al frente para denunciar los “insultos, agresiones físicas y verbales, y amenazas provenientes de padres y alumnos” del centro a las que tienen que hacer frente en su día a día, “con objeto de que la administración educativa tome medidas urgentes y excepcionales que permita realizar nuestra actividad docente en condiciones que garanticen nuestra salud y seguridad”.
“Te arrepentirás si me pones un parte”, “Me cago en tus muertos” o “vete a chuparla” son algunas de las frases que estos profesores tienen soportar durante el ejercicio de su labor, además de aguantar que los alumnos “rompan las persianas y tiren tizas, sillas o la pantalla del ordenador por la ventana”, algo que también sufre “la mayor parte del alumnado”, por lo que reclaman a la Junta a la que, “con independencia que tenga a bien la consideración de nuestro instituto como centro de difícil desempeño como hemos venido solicitando repetidamente, adopte con carácter inmediato las medidas que estime adecuadas para normalizar la situación que venimos sufriendo”.
En un escrito presentado ante la Delegación de Educación, el profesorado señala que “esta situación actual que denunciamos no es novedosa, viniendo a ser un problema que se ha enquistado en nuestro centro desde hace un tiempo, pero últimamente se ha visto agravada hasta niveles realmente insostenibles”.
“Somos conscientes –continúan– de que en nuestro trabajo es inevitable tener que enfrentarnos a situaciones que impliquen provocaciones y/o insultos por parte del alumnado, y del mismo modo parte de nuestro trabajo conlleva saber gestionar este tipo de situaciones para normalizar el clima de respeto en el aula. Para ello hay establecidos cauces destinados a suprimir este tipo de comportamientos contrarios a las normas de convivencia que deben primar en un centro docente. Sin embargo, cuando esas provocaciones e insultos degeneran en amenazas y agresiones, tanto verbales como físicas, y cuando los medios de los que disponemos demuestran ser claramente insuficientes e ineficaces, es cuando la administración educativa debe tomar medidas extraordinarias que vengan a normalizar el clima de respeto necesario para un correcto funcionamiento del centro y sus trabajadores”.
Asimismo, desde el IES subrayan que “esta situación que denunciamos está respaldada a través de los más de mil partes presentados por el personal docente del centro donde quedan reflejados los insultos, agresiones físicas y verbales y/o destrozos de los que ha sido objeto tanto profesores como el centro, y que ejemplificamos en la hoja adjunta a la presente solicitud donde se muestra solo algunos de los casos a los que el personal docente de este centro debe enfrentarse día a día.
A pesar de ello no hemos observado un cambio en la actitud del alumnado ni avance que haga pensar en una futura remisión de los hechos denunciados. Hay que destacar también que en lo que va de curso hemos interpuesto más de una decena de denuncias ante la Guardia Civil, y que los llamamientos tanto a Guardia Civil como Policía Local son casi diarios”.
Por si todo esto fuera poco, el centro pone de manifiesto que “durante el presente curso hemos tenido que pedir ayuda a la Guardia Civil y Policía local de Punta Umbría para que controlara la venta y consumo de estupefacientes tanto dentro como en el perímetro del centro”, situación que “ha sido denunciada ante el Ayuntamiento, Comandancia de la Guardia Civil, la Delegación Territorial de Educación de Huelva y la Subdelegación del Gobierno de Huelva”.
“No se trata este del primer escrito que presentamos ante la Delegación en el que hacemos constar la vulneración de las normas de conducta del alumnado de forma sistemática. Sin embargo, en la actualidad no solo comprobamos la continuidad de estos comportamientos sino que estamos siendo testigos de un paso más allá en la que la virulencia de los mismos están dando lugar a otros más graves que sin duda están tipificados como delitos y que, de seguir así, desembocarán irremisiblemente en situaciones más graves que sin duda lamentaremos.
La inactividad de la Delegación ha creado en nosotros un sentimiento de resignación e indefensión que no estamos dispuestos a seguir soportando durante más tiempo. Recurrimos una vez más a la Delegación como nuestros superiores inmediatos con objeto que dé respuesta de una manera eficaz a todo cuanto hemos expuesto, pero no descartamos que, en caso que no obtener una respuesta más allá de la meramente informativa y burocrática, recurramos a la otros agentes sociales y autoridades para intentar poner fin a este conflicto por cuantos medios estén a nuestro alcance”, finaliza el escrito.