(Texto: Josefa Suárez) A pesar del actual estado de emergencia sanitaria y la adopción de medidas por parte del Gobierno, como el confinamiento de la población y la higiene extrema para evitar la propagación del coronavirus, unos 5.000 trabajadores inmigrantes del sector frutos rojos en la provincia de Huelva viven hacinados en chabolas de plástico sin puntos de agua ni servicio de recogida de basura.
Entendemos que la imposibilidad de llevar a cabo las medidas prescritas, debido a las pésimas condiciones de los asentamientos, supone un foco de infección y un riesgo para la salud de sus habitantes.
Los asentamientos comenzaron a crecer hace unos veinte años al calor de la agricultura intensiva. A pesar de las llamadas de atención y propuestas de las organizaciones sociales, políticas y sindicales, ni las administraciones, ni el sector empresarial implicado han ofrecido soluciones definitivas a la población temporera asentada principalmente en Lepe, Moguer, Palos de la Frontera y Lucena.
Por ello, los abajo firmantes exigimos a las administraciones correspondientes garantizar los servicios básicos necesarios para proteger la salud de acuerdo a las recomendaciones de las autoridades competentes.
(*El texto ha sido respaldado por unas 400 firmas)