Estos cristales se han vuelto muy populares debido a sus propiedades naturales que proceden de la planta de cannabis, ya que ayudan a tratar los dolores y algunas afecciones.
Hoy en día, las sustancias puramente naturales son bastante complicadas de encontrar, teniendo en cuenta que sobre todo, aquellas que se utilizan para aliviar dolores o molestias, lo normal es que pasen por un proceso químico. Sin embargo, todavía existen sustancias que sí son 100% naturales y cuyas propiedades ayudan notablemente a mejorar un gran número de afecciones.
En este caso, se está haciendo referencia a los cristales CBD, unas sustancias cuyas propiedades provienen del cannabidiol y de la planta del cannabis.
¿Cómo son estos cristales?
Los cristales CBD se definen como la forma más pura, en cuanto a sustancias se refiere, que se ha extraído de la planta del cannabis, más en concreto del cáñamo. Hay que tener en cuenta que esta planta tiene algunas propiedades que son muy beneficiosas para acabar con los dolores y molestias de afecciones médicas graves. Habitualmente, estos cristales son unos buenos aliados para los dolores crónicos.
En este sentido, es importante saber que estos cristales son compuestos que cuentan en gran medida con cannabidiol, otra sustancia que se saca del cannabis y que las compañías médicas suelen utilizar para elaborar productos medicinales naturales, combinados con otros elementos orgánicos, siendo uno de los más habituales el aceite.
Usos de los cristales CBD
Para que estos cristales hagan el efecto adecuado, existen varias maneras de utilizarlo, así su utilidad suele ser mayor. Como se ha comentado, los aceites son la forma más común para acabar con los dolores crónicos. La gran diferencia de los aceites de cristales CBD con otros, es que en este caso, el aceite no se aplica en la zona afectada si no que se toma por vía oral, poniendo varias gotas debajo de la lengua.
Otra opción es tomar estos cristales utilizando sus formas comestibles, ya que se pueden mezclar con grasas naturales que se encuentran en alimentos como la leche o el queso. Aunque lo más común es tomarlos con chocolate.
También se pueden utilizar estos cristales a través de masajes, aplicándolos sobre la zona afectada para ayudar a aliviar el dolor. Y por último, las cápsulas, que siempre hay que tomarlas de forma concentrada.
¿Para qué se utilizan estos cristales?
Los CBD son cristales que ayudan a combatir el dolor y las molestias de enfermedades crónicas o afecciones. Son muy buenos si se utilizan para combatir dolores corporales o si se padece una enfermedad durante mucho tiempo.
Asimismo, también son la mejor alternativa para aquellos pacientes que deben tomar un médicamente regularmente y éste le está haciendo daño o creando adicción.
¿Qué diferencias tiene con el THC?
El THC, también llamado por su nomenclatura científica tetrahidrocannabinol, es un compuesto que se puede encontrar en el cannabis, produciendo una alta estimulación en el cerebro.
Si bien es cierto que cuenta con numerosas características muy similares a los otros cristales, hay que decir que existen bastantes diferencias entre CBD y THC. En primer lugar, y seguramente uno de los hechos clave, es que el THC agita el cerebro, lo estimula, pudiendo producir un estado de euforia. Por el contrario, los CBD son sustancias antagónicas, que ofrecen una sensación más calmante y analgésica.
Hay que tener en cuenta que ambas sustancias inciden directamente en el cerebro, siendo los principales receptores del sistema endocannabinoide, al que pertenecen tanto los cristales CBD como el THC, el CB-1 y el CB-2. Estos dos sistemas se pueden encontrar en el sistema nervioso central y también en el inmunológico.
Como se ha indicado, el THC es la sustancia psicoactiva del cannabis, y por este motivo, se vincula directamente con el sistema CB-1. Esto quiere decir que influye en el apetito, la memoria, la concentración o el placer, además de ofrecer una sensación de euforia. Por su parte, los cristales CBD se relacionan con el sistema CB-2, que es el encargado de aliviar el dolor, y además, es importante en las homeostasis de ciertas partes del cuerpo humano, siendo las principales el hígado y el riñón.
