En este año, en el que la mayor parte del tiempo con amigos o familiares lo hemos pasado al aire libre para evitar riesgos innecesarios debido a la pandemia, quienes han tenido jardín en su casa han sido casi siempre los anfitriones.
Las posibilidades que da un jardín son muchas y más dependiendo de su dimensión. Normalmente, por el tipo de construcciones que se estilan, en cuanto a pisos se refiere, son los bajos los que suelen disponer de esta ventaja. En este sentido, contar con un techo de cristal para bajos es un auténtico privilegio para poder utilizarlo también en días de lluvia.
El sol, fuente de vitamina D
Según distintos estudios de la OMS, en Estados Unidos las personas se pasan el 90% de su tiempo en interiores. Estos datos, al ser tan elevados, hacen pensar que no serán muy distinto en Europa. Habría que ver qué sucedería con España, y sobre todo, en Andalucía, donde el tiempo suele acompañar.
De una manera u otra, el confinamiento puso en alerta la necesidad de vitamina D de manera natural, ya que son muchas las personas que ya la tienen que tomar de manera artificial en cápsulas.
Todas aquellas personas que pasaron el confinamiento en una casa con jardín lo sobrellevaron mucho mejor que aquellas que no gozaban siquiera de terraza.
El aire libre hace bien a la salud, tanto a la física como a la mental, despeja la mente y ayuda también a recargar energía.
Contar con un sistema que pueda ayudar a disfrutar del aire libre es fundamental para tener un mayor confort. La solución de techos de cristal está cada vez más demandada ya que supone una ventaja sobre el clásico toldo en términos de eficiencia.
En este sentido, podemos identificar alguna de las ventajas de su uso:
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Intimidad. Con respecto a los vecinos, ya que el cristal impide la visión completa del jardín.
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Confort. El cristal, si se cuenta con un vidrio de altas prestaciones, puede ayudar a un buen aislamiento de temperatura, dejando que entre la luz natural, pero no el calor excesivo de verano, y alejando también el ruido, más acusado en zonas cercanas a autopistas o colegios.
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Versatilidad. Si se utilizan paneles móviles se podrá decidir en cada momento qué es lo que se prefiere en función de la climatología o del tipo de reunión que se esté haciendo.
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Fáciles de limpiar. Los cristales siempre serán más fáciles de limpiar que la lona de los toldos, si bien se aconseja contar con un experto ya que es trabajo que se hace a relativa altura.
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Estéticos. Esta ventaja es probablemente una de las más importantes. El cristal viste mucho más que un toldo, da sensación de amplitud, no quita luminosidad y hace que el entorno sea más amigable.
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Durabilidad. Al ser vidrios de alta resistencia, esta solución es de alta durabilidad, evitando problemas comunes que se pueden dar en toldos como rajas por el viento o por la excesiva lluvia. Supone una apuesta a largo plazo.