Más de 520 personas, 190 de ellas de nueva incorporación, de la red de voluntariado de Cruz Roja Huelva se han movilizado de forma continua para hacer posible un llamamiento histórico, el Plan Cruz Roja RESPONDE frente al COVID-19, que, lanzado el pasado mes de marzo había atendido en toda la provincia, hasta mediados de mayo, a más de 16.500 personas en situación de vulnerabilidad, a través de una respuesta integral en sus áreas de emergencias, inclusión social, educación y empleo, y que continuará e intensificará hasta finales de año.
«Los voluntarios y voluntarias siempre son el músculo de la Organización, pero en este caso más que nunca, están siendo la base y la fuerza de la mayor operación de la historia de Cruz Roja en cuanto a movilización de recursos, capacidades y personas», resalta Miguel Ángel Rodríguez, director de Voluntariado de Cruz Roja Huelva.
Llamadas de atención y seguimiento a personas mayores, apoyo psicosocial, recogida de alimentos, compras de medicamentos, educación virtual para niños y niñas vulnerables, distribución de bienes básicos de primera necesidad en domicilios y en asentamientos, acciones de empleo o máximo esfuerzo en captación de recursos son algunas de las labores que están llevando a cabo estas más de 520 personas, 50.000 pea nivel nacional, cuya tarea se tarea se prolongará hasta el próximo mes de diciembre.
Pero, ¿quiénes son estas más de 520 personas voluntarias, la primera línea de Cruz Roja frente a la pandemia? La mayor parte de ellas, el 60%, son mujeres, con una edad mayoritaria de entre 20 y 29 años (32%) y con nivel de estudios superiores (54%), destacando además los profesionales de la rama sanitaria, de administración, educación y logística.
«El principal interés de estos voluntarios y voluntarias es participar en las áreas de Socorros y Emergencias (54%), y de Salud (50%), además, el 43% desea participar en el área de Medio Ambiente frente al COVID-19, y el 40% en Educación, mientras que, antes del COVID-19, se inclinaban más por la Inclusión Social o Juventud», explica Miguel Ángel Rodríguez.
En cuanto a las actividades concretas en las que desean participar, “destaca especialmente la distribución de bienes de primera necesidad y el acompañamiento a personas que lo necesiten”. Por otra parte, “la disponibilidad mostrada por estos voluntarios y voluntarias es mucho más abierta de lo habitual, lo cual está claramente vinculado a la situación de emergencia en la que nos encontramos”, señala el director de Voluntariado de Cruz Roja Huelva.
Todos estos números y porcentajes tienen nombres y apellidos, son personas que están viviendo experiencias que muestran que las situaciones de vulnerabilidad provocadas por la pandemia están siendo tantas y tan diferentes y únicas como personas está atendiendo el plan especial Cruz Roja RESPONDE.
“Es imposible mencionarles a todos y a todas”, señala Rodríguez, pero así lo confirma, por ejemplo, el testimonio “de nuestro compañero David Reinoso, voluntario imprescindible en servicios preventivos y playas desde 2018, que se puso a disposición del Plan desde el comienzo y que ha hecho un gran esfuerzo para diversificar su perfil de Socorros y Emergencias, consciente de que en este tiempo la vulnerabilidad tiene miles de formas de manifestarse y necesita una respuesta para cada una”.
Entre los muchos momentos vividos, David recuerda especialmente “La solidaridad de una mujer enferma de cáncer, ella no podía desplazarse al hospital y nosotros le llevamos su medicación oncológica, su vida estaba en juego, pero ella contaba con recursos y quiso realizar una donación al Plan Responde. Por un lado, necesitaba ayuda y por otro, entregaba lo que tenía para ayudar a personas en otras situaciones”.
Con todo tipo de situaciones se encontrado también Natalia Moreno, estudiante de Medicina voluntaria de la Oficina de Huelva que entra de lleno en el perfil mayoritario del voluntariado COVID19 y que cree que esta “intensa experiencia” le está ensañando a “valorar pequeños detalles ignorados en nuestro día a día, detalles que, aunque resulte extraño, al final podemos resumirlos en una palabra: magia”. Magia porque, según sus palabras, “lo que más marca es la cara de los niños cuando te sonríen o la cara de los abuelitos cuando ven que no están solos frente a esta situación, que reciben su comida y todas sus necesidades están cubiertas; ya que, según ellos, somos los angelitos de Cruz Roja”.
Por su parte, Marta Morales, voluntaria de la Asamblea de Moguer y estudiante de Educación, también dentro del perfil mayoritario, se queda “sobre todo con las personas, las personas son las que me han emocionado. Me quedo con todas las gracias de todas y cada una de las personas a las que hemos atendido, que no dejan de rondar por mi cabeza, alegrándome infinitamente por haberles ayudado en estos momentos tan difíciles. Desde la persona mayor que necesita sus medicinas y se le acerca a su casa, hasta la entrega de una mochila con material escolar para ese niño o niña que no puede seguir con el ritmo que esta pandemia les ha marcado, pasando por la llamada telefónica con aquella mujer mayor contándome cómo se había puesto guapa para esperar nuestra visita, la única que tendría en mucho tiempo. Me quedo con todos ellos”.
En la misma línea se expresa Morelia Salas, de la Asamblea de Valverde del Camino, al señalar que “los voluntarios de Cruz Roja somos afortunados de estar ahí justo en el momento y en el tiempo precios, la gente al vernos tiene una esperanza, se sienten protegidos, saben que no están solos, saben que estamos ahí para cualquier cosa, sólo Dios sabe dónde escondemos nosotros nuestro miedo porque también lo tenemos en algunos momentos, somos la clave especial para salvaguardar la calma en estos tiempos duros”.
Y para que nadie se quede sin ayuda durante esta crisis, José Ángel Álvarez, voluntario de desde hace 8 años, quiere hacer una llamamiento para que “los voluntarios estemos en momentos tan duros como éste y no sólo en tiempos de normalidad, es ahora cuando hay que ser voluntario de verdad y, por supuesto, quedarse y seguir luego”, un compromiso que subraya especialmente en el equipo de atención a asentamientos, “lleno de compañerismo, dispuesto a trabajar al máximo, con más de 350 paquetes al día, y siempre buen rollo pese a acudir a uno de los lugares más difíciles, para impedir que sea precisamente la última frontera de la vulnerabilidad”.
“Situaciones de soledad, enfermedad, dependencia, desempleo, aislamiento, pobreza, personas mayores, niños, familias enteras en situación de vulnerabilidad. Todas situaciones son la tarea diaria de Cruz Roja, pero la crisis sanitaria, económica y social del COVID-19 ha agravado estas situaciones y ha requerido un despliegue sin precedentes que no hubiera sido posible sin todos esos voluntarios y voluntarias que han estado y siguen estando en primera línea de batalla y a los que sólo podemos dar las gracias por su generosidad, su valentía y su solidaridad”, concluye el director de Voluntariado de Cruz Roja Huelva.