Recomendaciones para disfrutar de unas vacaciones en familia incluso en tiempos de COVID.
El coronavirus ha cambiado la vida al mundo entero. Ya es impensable salir a la calle sin llevar puesta una mascarilla, sin tener en cuenta las distancias y sin pensar que es posible que haya alguien que pueda ser portador de la enfermedad que ha revolucionado al mundo entero.
Pero eso no impide que se mantengan ciertas costumbres, y más aquellas que ahora son más necesarias que nunca. Las familias siguen necesitando desconectar de la rutina del día al día y disfrutar de unas merecidas vacaciones, siguen buscando lugares en los que poder veranear para alejarse de los problemas y de la martilleante rutina.
Dadas las circunstancias, las opciones habituales para veranear con niños en España no son las más aconsejables. En medio de una pandemia, hay que tener en cuenta las variables que se suman a las de siempre. Y es que ahora no basta con buscar un lugar barato, cerca de la playa y bien ubicado.
Ahora también se deben tener en cuenta las opciones de transporte, las condiciones de seguridad e higiene de la comunidad autónoma, el número de positivos de COVID y hasta los negocios que permanecen abiertos y los que han cerrado. Ir de vacaciones a cualquier lugar y que no haya ningún bar abierto es una de esas experiencias que no se desean para descansar de verdad.
Mejores opciones para el veraneo en familia en tiempos de COVID
Las familias siguen buscando opciones, y clara prueba de ello es que las reservas mantienen unos niveles igualmente buenos, a pesar de que el sector del turismo ha registrado una estrepitosa caída en su facturación este año. Se siguen buscando destinos, se siguen buscando ofertas, se siguen teniendo ganas de veranear para desconectar.
De hecho, según el portal especializado Tu Cuna de Viaje, se ha incrementado la venta de la denominada cuna portátil de viaje en los últimos meses. Una clara muestra de que hay ganas de viajar, pero no hay una idea clara de cuáles son las opciones más adecuadas. La motivación está ahí, las circunstancias son diferentes.
¿Cuál es el mejor alojamiento?
Hay muchas opciones diferentes en este sentido, pero ya no son tan seguras como antes. Es lógico ver a personas mostrando cierto escepticismo a la hora de tantear el hospedarse en hoteles o resorts. Son lugares ideales por sus instalaciones, los servicios y hasta las actividades que ofrecen a los pequeños; pero el estar en contacto con personas de diferentes lugares aumenta el riesgo de contagio.
Aumenta el riesgo, y también el miedo, por eso se buscan alternativas. En el caso de viajar con los hijos, sean o no niños pequeños, una de las mejores opciones es buscar algún apartamento de alquiler que esté cerca de una playa tranquila. Esta opción da mucha versatilidad a la hora de establecer horarios, además de adaptarse perfectamente.
En estos apartamentos, si se tienen bebés, se pueden instalar cunas plegables con facilidad, algo aconsejable ya que, si son parques cuna, también dan algo más de tranquilidad a los padres. El pequeño estará ahí varias horas y podrá jugar y entretenerse con sus juguetes de siempre.
También, para los que no busquen playa sino campo, se puede plantear el alquiler de una casa rural. Las sierras y prados españoles pueden ser un paraje ideal para refrescarse sin pensar en el mar y la arena. Pequeñas casas bastante acogedoras, muchas de ellas con piscinas privadas, pueden ser otra vía ideal para veranear en familia sin miedo a contagios.
Transporte privado y lejos del resto de familia
Además de lo anterior, las opciones de desplazamiento más seguras para veranear en familia siguen siendo las privadas. Coger el coche y hacer una ruta por carretera hasta llegar a destino es mucho más seguro que ir en tren o en avión, sobre todo viendo las condiciones de algunos vuelos.
Por otra parte, dejar al resto de familia fuera de este viaje de vacaciones es una recomendación importante, sobre todo si hay personas de riesgo. Puede que sea el primer año que se tenga que dejar a los padres o a los abuelos sin ir de viaje, pero es una cuestión de seguridad y protección.
Muchas familias lo están haciendo ya así, buscando opciones para que solo se desplace el núcleo familiar y descartar grandes reuniones familiares para reducir los riesgos. La exposición ha de ser mínima, por eso los destinos menos habituales, por poca población, están ganando tanta relevancia este año.
Veranear en 2020 parece una odisea, a tenor de todo lo sucedido durante la primera mitad del año, pero no es una labor imposible. Hay destinos, hay opciones, hay medidas para protegerse. Y todo ello sin renunciar al más que merecido relax, a las experiencias con la pareja e hijos y, sobre todo, a esos días tan necesarios para recargar las pilas.