Pocas cosas influyen más en nuestro estado de ánimo que el haber dormido bien o no durante la noche. No es lo mismo levantarse cansado que lleno de energía para afrontar el día, por lo que si estás pensando en cambiar de colchón no lo hagas a la ligera, ten en cuenta que un tercio de nuestra vida la pasamos en una cama, de ahí que elegir bien sea mucho más importante de lo que creemos.
¿Qué debo saber entonces si voy a comprar un colchón? Lo primero es tener una información completa de la gran variedad y tipos de colchones que hay en el mercado. Lo segundo, saber que en la actualidad tenemos acceso a esa información y también a comprar de forma online, por lo que te recomendamos entres en esta web para disipar todos las dudas y aclarar tus ideas.
Una de las ventajas que ofrecen las ventas online de colchones es que permiten en la mayoría de los casos que pruebes el producto entre 30 y 90 días, con lo que tendrás una idea ajustada a si lo que has adquirido se ajusta o no a tus preferencias y necesidades. No es lo mismo probar un colchón durante días que hacerlo unos segundos en alguna de las tiendas tradicionales. Además, prácticamente todos los fabricantes ofrecen 10 años de garantía, que es la vida media que se aconseja para cambiar de colchón.
No es fácil elegir un colchón que se ajuste a nuestras necesidades, tanto físicas como económicas. Pero a través de expertos podemos encontrar los mejores colchones y, sobre todo, los que mejor se adaptan a nosotros.
Lo primero que hay que tener cuenta es el tamaño que necesitamos. Para una persona van bien los de 90-100 cm. por 190 centímetros. Para dos tenemos distintas opciones, que dependerán del espacio que tengamos en la habitación. Si tienes espacio suficiente lo ideal son los colchones de 150 por 190 o, si quieres amplitud máxima, los de 180 por 200. En todo caso, es importante que el largo sea al menos unos 15-20 centímetros mayor que la persona más alta que lo vaya a utilizar.
Además de la amplitud, para un buen sueño reparador es preciso tener muy en cuenta la firmeza del colchón. Esta dependerá de nuestro peso; a mayor peso mayor ha de ser la firmeza. Ésta es clave a la hora de mantener la columna correctamente alineada. También influye la forma en que tengamos la costumbre de dormir, si de lado o bocarriba. Si es de lado, lo mejor es que el colchón no sea demasiado duro y si es bocarriba, te convendrá uno más duro.
En cuanto a los tipos de muelles, lo hay de hilo continuo, ensacados o bicónico, siendo este último es de menos firmeza y el que se utiliza en los colchones más económicos. Los muelles ensacados son los más eficaces del mercado, porque estos minimizan los ruidos, ejercen los puntos de presión correctamente y cuidan de la espalda de una forma óptima. Al tener una firmeza media-alta, son especialmente buenos para dormir bocarriba y pueden ser usados incluso por personas con sobrepeso.
También es muy importante que se tenga en cuenta el material del que está hecho el colchón. Los dos materiales más usuales son la espuma viscoelástica y el látex. La viscoelástica es una espuma de alta calidad que puede amoldarse perfectamente al cuerpo. Es ideal para quienes prefieren dormir de lado y para aquellos que sufren problemas en músculos y articulaciones. Por su parte, los colchones de látex están recomendados para aquellos individuos que se mueven mucho al dormir y para los que padecen asma o alergia a los ácaros.
Por último, tres recomendaciones una vez haya comprado un colchón: cambialo de posición cada tres meses, no hagas la cama nada más levantarte, deja que se airee; y pásale una aspiradora de vez en cuando para eliminar los ácaros.