(Firma: Adrián Egea Sempere) Los electrodomésticos son una parte fundamental de la vida dentro del hogar. Son esos equipos que, gracias a la evolución de la tecnología, hacen cada vez nuestra vida más sencilla, facilitandonos hábitos como el ocio, la higiene o, entre otros, la alimentación. En este punto, conviene destacar la importancia de los frigoríficos como punto clave de la alimentación diaria en casa.
Un frigorífico es el electrodoméstico en el que conservamos en frío nuestros alimentos para poder mantenerlos en buen estado durante más tiempo y organizarnos una rutina de alimentación cómoda. Por ello, conviene cuidar la salud de nuestra nevera y conocer cuáles son las averías más comunes. Ante cualquier problema, lo mejor siempre será conseguir repuestos, recambios o piezas concretas en plataformas especializadas como Electrotodo y acudir a técnicos profesionales.
Aún así, tener constancias de cuáles son los problemas más habituales, cómo detectarlos y qué hacer frente a ellos puede ser una información útil para actuar como medida de prevención antes de recibir asistencia técnica especializada. ¿Tienes un frigorífico en casa? Lee con atención los siguientes párrafos para detectar posibles averías y encontrar una solución antes de que sea demasiado tarde.
El frigorífico no enfría los alimentos
Vamos a empezar por una avería que afecta directamente a la misión principal que cumple un frigorífico en un hogar. Se trata de un electrodoméstico cuyo cometido común es mantener fríos los alimentos que guardamos en él. Agua, refrescos, carne, verduras, fruta, embutidos… Todos aquellos productos que necesitan de bajas temperaturas para una correcta y prolongada conservación. ¿Qué ocurre si no se dan estas condiciones?
La temperatura ideal para los alimentos en un frigorífico es de entre 3 y 6 grados, pero si se produce una avería y la temperatura aumenta y el equipo deja de enfriar, esto puede echar a perder gran parte de lo que hay en su interior. Este problema suele venir dado por la falta de energía que recibe el electrodoméstico. Para detectarlo, conviene comprobar si la luz automática se enciende al abrir la puerta de la nevera, reajustar el termostato, comprobar el estado de las tomas de ventilación… Si todo parece correcto, lo mejor será contactar con un profesional.
El motor o compresor ha dejado de funcionar
Los frigoríficos modernos cuentan con un motor o compresor que funciona como punto neurálgico de todo el sistema que permite enfriar el interior. Es el elemento que ayuda a que todo lo que hay almacenado en la nevera se mantenga a una temperatura óptima para su conservación. Por ello, ¿qué hacer cuando se avería?
En esta situación, dado que se trata de un componente específico que depende de las características de fabricación de la marca, será importante dejarlo todo en manos de un profesional. Pese a que se trata de una avería que no suele darse, debido al poco movimiento que sufre un frigorífico, la reparación puede ser muy delicada y necesita de personal especializado con conocimientos sobre la materia.
Fallo en la placa metálica por falta de mantenimiento
El frigorífico, como cualquier electrodoméstico del hogar, necesita de ciertos cuidados y un mantenimiento periódico para funcionar de forma correcta durante el máximo de tiempo posible. De lo contrario, pueden surgir averías que se convierten en un quebradero de cabeza. Por ejemplo, en la parte trasera de la nevera hay una parrilla metálica de color negro que contribuye al funcionamiento del equipo. ¿Qué hacer para evitar averías?
En este caso, el mejor método es la prevención. Al menos dos veces al año será conveniente acceder a la parte trasera del frigorífico y limpiar el polvo que se acumula en zonas como esta parrilla metálica. Es bien sabido que el polvo es un gran enemigo de la tecnología, y con las neveras esta batalla no es una excepción. Una limpieza periódica junto con un mantenimiento óptimo es la mejor forma de evitar problemas futuros.
Una fuga de gas: la avería más temida
Terminamos esta lista de averías comunes en un frigorífico con la que, probablemente, es la más grave de todas: la fuga de gas. Todo frigorífico apto para un hogar cuenta con un circuito refrigerante que sirve para la circulación del gas. Es la clave que permite mantener el funcionamiento y la temperatura correcta de este electrodoméstico para que cumpla con su cometido. Por tanto, si se produce una fuga, existe un problema considerable.
En este sentido, una solución puede ser buscar el punto de fuga en la parte posterior de la nevera y taponarlo con un pegamento específico o mediante soldadura. En cualquier caso, si queremos que la reparación sea efectiva y de efecto duradero, conviene pedir los servicios de un técnico especializado para no cometer ningún error que pueda agravar todavía más la avería que impide el funcionamiento correcto de nuestro frigorífico.
En definitiva, estas son cuatro de las principales averías que puede sufrir un frigorífico de hogar. Para evitar su aparición será clave conocer los puntos principales del electrodoméstico y realizar un mantenimiento óptimo. Como tareas de prevención, además de la limpieza, también es importante tener en cuenta que no se debe llenar excesivamente su interior si no queremos que haya problemas, por ejemplo, con el termostato. La función de una nevera es primordial para el día a día dentro de casa, por ello, lo ideal es proporcionarle un cuidado óptimo.