Lamentablemente, el año 2020 y lo que llevamos de 2021 están dando muchas buenas razones a los españoles para pedir un préstamo. Tanto la pandemia a nivel general como Filomena en concreto en las dos últimas semanas, están teniendo unos efectos negativos muy importantes en las economías familiares.
En momentos de necesidad, los préstamos pueden ser una solución a los problemas, pero si no se utilizan con responsabilidad, también pueden ser un agravante. Por ello, es importante tomar la decisión de pedirlos con responsabilidad y habiendo analizado las consecuencias financieras de su adquisición.
Aquí tienes cuatro consejos que puedes seguir antes de solicitar financiación:
Comparar
Comparar las diferentes ofertas disponibles en el mercado de financiación español es una actividad fundamental.
Al hacerlo, el consumidor obtendrá una idea general de los tipos de interés y condiciones que se están ofreciendo y podrá tomar una decisión más consciente. Por ejemplo, muchos consumidores no saben que incluso en los casos en los que se está en un registro de morosos se puede obtener un préstamo, pero eso sí pagando unos intereses más altos. El mero hecho de saber qué opciones se tiene, es algo de lo que no pueden presumir la mayoría de consumidores.
Elegir solo opciones seguras
Durante la comparación se pueden encontrar ofertas muy interesantes, a veces demasiado buenas para ser verdad. Si es así, nunca está de más ser precavido y comprobar los datos de la empresa que está detrás de la oferta.
Una forma de evitar timos es acudir a un comparador. Por ejemplo, se puede buscar un préstamo en LoanScouter con la tranquilidad de saber que el propio comparador ya ha hecho un primer filtrado y no incluye prestamistas fraudulentos.
En todo caso, siempre hay que sospechar de las ofertas que se reciben de direcciones desconocidas por correo electrónico, en muros de Facebook u otras redes sociales y en mensajes al móvil.
Lo normal es que el consumidor busque al prestamista y no al revés.
Los cálculos
En España, los prestamistas tienen obligación legal de informar al cliente sobre todos los pagos que tendrá que realizar, antes de contratar el préstamo. Gracias a esto, es posible hacer una planificación financiera.
En temas de solvencia, los cálculos son muy simples: ingresos – menos gastos. Calcula todos los gastos en los que incurres a lo largo del mes, réstalos de tus ingresos y comprueba si añadiendo la devolución del préstamo a tus gastos la suma va a seguir siendo menor que los ingresos. Si no es así, lamentablemente ese préstamo no va a ser una solución para tu caso. Quizá tengas que buscar otro con menores intereses buscando un avalista o hipotecando una propiedad, o alargar la duración para pagar menos cada mes, aunque acabarás pagando bastante más en total.
Cuando calcules tus gastos, trata de no obviar los más pequeños. Los ocho euros del servicio de streaming, los 20 euros acumulados en el café de las mañanas…todos esos pocos, sumados hacen un mucho.
El dinero del préstamo debe tener un objetivo
No se debe pedir dinero por si acaso se necesita para cualquier cosa porque si se hace así normalmente se acabará gastando en caprichos.
Es recomendable tener claro en qué se va a gastar el dinero de un préstamo y si por lo que sea finalmente no se necesita, hacer una devolución anticipada para pagar la menor cantidad de intereses posible. Con el dinero de otro, no hay lugar para improvisaciones, salvo en casos de extrema necesidad.